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"El dinero me hubiera venido muy bien"

el 06 may 2010 / 17:10 h.

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Con más necesidades que cualquiera, viviendo en una caravana desde hace cinco años, cuando se divorció, y con sólo 233 euros de paga mensual, Joaquín Peña no dudó en entregar a la Policía Local de Lebrija el cheque de casi 3.000 que encontró el pasado martes en su lugar de trabajo, un aparcamiento.

"Hacía mucho viento y me acerqué hasta donde está mi moto a beber agua, junto a la tapia, y allí al lado lo vi, leí el nombre y me fui con la moto a la Policía Local para entregarlo", explica este hombre, que tiene una fuerte discapacidad auditiva -"este oído lo tengo muerto", afirma mientras se señala la oreja izquierda, y en el derecho tiene un audífono con el que oye con dificultad- y es miembro de la Asociación Lebrijana de Minusválidos Físicos (Almif ) con la que cada día aparca coches en la calle Eduardo Dato.

Relata que "la Policía Local me llamó ayer para preguntarme por la hora en que lo encontré y el lugar". Fuentes de la Policía Local confirmaron ayer que el destinatario del cheque ya lo había recogido. "Pero por aquí no ha aparecido", apunta Joaquín. "Ni siquiera para dar las gracias", apostilla junto a él Castillo Carmona, presidenta de Almif.

El protagonista reitera una y otra vez a quien le pregunta que "no estoy arrepentido" de haber entregado el cheque, por un importe de 2.965,65 euros a la Policía, aunque reseña que ahora vive en una caravana que está bajando del castillo. "Pero me van a dar un piso del Ayuntamiento de Lebrija-en alquiler- y el dinero me hubiera venido muy bien para los muebles", afirma esbozando una tímida sonrisa.

En la caravana vive desde que se divorció -tiene dos hijas y un nieto- y lleva "cuatro años luchando" para que le den una vivienda". Como puntualiza la presidenta de la asociación, no recibe paga alguna por su discapacidad auditiva, ni por el resto de problemas físicos que dificultan su habla y le restan movilidad. Sólo ingresa los 233 euros que le paga esta asociación por sus poco más de cinco horas de colaboración al día. De 45 años, lleva dos trabajando para Almif, pero la de aparcacoches no es su única labor y, aunque está contento con ella, le gusta más la que realiza a primera hora de la mañana y a mediodía. "Me gusta cuidar a los niños del colegio Recreo Don Ramón, que está en la carretera de El Cuervo, y voy por la mañana y cuando salgo de aquí, a mediodía, para controlar que los niños crucen por el semáforo", narra.
trabajador.

Carmona no sólo destaca su honradez sino que es una persona muy trabajadora. Con sus problemas físicos "no puede trabajar en el campo", que era lo que hacía antes de que llegara a Almif y cuando se apuntó a la asociación "empezó con dos horas al día y ya hace cinco de lunes a viernes", dice.

Almif es una asociación sin ánimo de lucro que vive gracias a las subvenciones que les da el Ayuntamiento de Lebrija a cambio de su colaboración con el Consistorio en los aparcamientos, colegios, montajes de sillas en Semana Santa, apoyo en competiciones deportivas "y ahora nos llamarán para que protejamos los adornos que se ponen en las calles para el Corpus", explica su presidenta.

En la actualidad trabajan en Almif "16 personas -aunque en la asociación hay más apuntados- con diversas discapacidades físicas, el mayor tiene 65 años y el más joven 26", explica. De todas ellas, y de su buena labor en el municipio del Bajo Guadalquivir, Joaquín Peña es todo un ejemplo.

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