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"El dinero no lo compra todo, el éxito es un cabrón, yo le puse freno"

Carismático y transgresor, el showman y periodista vuelve a la tele. Ahora entrevista a famosos en ¡Usted perdone!, cada domingo en Antena 3.

el 28 abr 2012 / 15:06 h.

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Alberto López durante su estancia en el hospital.
Ha dejado atrás los 50 pero por su cara de niño malo no pasan los años. Tal vez porque lo sigue siendo. Desde que entregara Gallifantes ha llovido mucho, ha hecho mucha radio junto al Sr. Casamajor, ha viajado con famosos, pero sobre todo ha conectado con un gran número de fans incondicionales gracias a sus incursiones extraterrestres. Desde Marte nos mandaba sus crónicas rosas, divertidas, polémicas y humorísticas. Sus marcianos y él alimentaron a los noctámbulos durante ocho años y los dejaron ávidos de ironía, sarcasmo y una lección de cómo ser políticamente incorrecto y no morir en el intento. Javier Sardà, culto y amigo de sus amigos, es uno de los profesionales más queridos y criticados, un gran escritor y amante de la literatura, el cine y la música más transgresora, pero sobre todo un "culo inquieto" que ahora ha decidido volver a televisión, esta vez a Antena 3, para completar mañana la oferta de la noche dominical tras el programa de Buenafuente.

-Vuelves con entrevistas muy particulares, con el toque Sardà, ¿crees que la audiencia se identificará con ellas?

-A estas alturas de mi vida, el inmenso privilegio que he tenido y la suerte profesional me permiten ser muy selectivo, y a esta oferta yo no podía decir que no. Son entrevistas fuera de plató, con la vocación de que la gente hable con comodidad. Y eso quiere decir que hablan igual antes, durante y después de cada situación, lo que hace que se expresen con una naturalidad pasmosa.

-¿Cuál es tu entrevista preferida?
-Esto no podría decírtelo. Al invitado le digo cuando empezamos que no vamos a hacer el programa de Sardà, que vamos a hacer su programa, ellos son los protagonistas. Entonces es imposible tener un predilecto, todo lo que yo pretendo es que queden fantásticamente bien a cambio de que se entreguen, de que se suelten. Y estoy, de verdad, muy satisfecho con todos.

-¿Cómo surge la idea del programa? Tengo entendido que lo rechazó Telecinco.
-A mí me lo plantea Zeta Audiovisual, que llega a un acuerdo con Antena 3. Y mira..., si Antena 3 está interesada, éste es un mundo en el que todos nos conocemos, a los directivos hace mucho que les conoces, luego no tiene sentido que este proyecto no se viva agradablemente, con relax, en un ambiente de buen rollo.

-Antena 3 te ha puesto una prueba de fuego con el que fuera uno de tus grandes enemigos profesionales. ¿Cómo ves el reto que vives ahora junto a Buenafuente los domingos en la misma franja horaria?
-Yo estoy encantado. Buenafuente es un gran profesional, al que le deseo toda la suerte. Es una satisfacción estar delante, enmedio o detrás de su trabajo. Es un tío con enorme talento.

-¿El destino es justo o cruel al ponerte junto a él después de tanta guerra de audiencias?
-Mira, acabo de cumplir 54 años, y lo que tengo claro es que cada uno tiene que hacer su trabajo. El mío es que el producto me satisfaga, porque si no no tendría sentido; el reto de las cadenas es conseguir audiencias. Si yo estuviese ahora pensando o angustiado por la audiencia, a esta edad, tan mayorcito, ya empezaría a ser improcedente. Cuando luchaba a diario era un jaleo, ahora lo que digo es: señores, ¿os interesa de verdad esto? Pues adelante.

-Eres carismático, te califican como transgresor, con mucho sentido del humor e inteligente. ¿Cómo te defines tú?
-Soy un culo inquieto. No sé lo que es el aburrimiento. Me gusta escribir, hacer de tertuliano. Vivo el inmenso privilegio de haber tenido una gran suerte profesional. Soy un lector impenitente, un visionador de películas y un fanático de su familia. Ahora puedo tener relaciones humanas.

-¿Qué queda del Sardà de Crónicas marcianas? ¿Volverías a hacer un programa diario?
-Bajo ningún concepto, pero no por nada, sino porque se necesita dedicación integral. He hecho mucha radio durante ocho años y ahora me apetecen cosas por el mundo, editar productos que te satisfagan más y sin el fragor ese. ¡Qué luchen los jóvenes!

-¿Cómo ves la tele de hoy?
-Como un electrodoméstico, como la nevera. Depende de lo que le pongas.

-¿Qué le falta y qué le sobra?
-Yo creo que a poco que ponga uno plataformas digitales, más los programas que le interesen de las cadenas convencionales, los canales de cine y si te gustan los documentales es impresionante. Cada uno tiene que configurar la tele a su medida.

-¿Qué piensas de los recortes de RTVE?
-Me parecen fatal, pero no los de RTVE sólo, todos. Estamos viviendo algo increíble.

-Pero tú eres un hombre comprometido, y al margen de que todos los recortes son negativos, los de la televisión pública afectan directamente al contribuyente...
-Como los de educación o sanidad. Estamos viviendo una cierta pesadilla social, con un índice de paro muy preocupante y un futuro incierto, y claro que eso es angustioso. Me sabe muy mal por lo que le está sucediendo a muchísima gente. Lo de los indignados parecía que no tenía mucho sentido, pero yo creo que tenía un enorme sentido social y humano eso de ponerse todos juntos en vez de estar solo en tu casa cuando no tienes opciones. Y fíjate, que cosas que sonaban poco hasta hace nada, ahora se hablan con cierta normalidad como la dación en pago. Es devastador que echen a la gente así. Que te quedes sin casa es una cosa, pero con una deuda de por vida es indignante.

-¿No todo vale por dinero?
-No, el dinero no lo compra todo. Yo al éxito le puse freno. Estuve ocho años en Crónicas y lo dejé voluntariamente. Hay un momento en que dices ¡ehhhh!, incluso el éxito es un cabrón.

-¿El sentido del humor es una gran medicina?
-Sí, pero no para todo. Aunque en la vida cotidiana, cuanto más humor tengamos más relativizaremos las cosas.

-¿Sigues usando la misma colonia, escuchando la música de Erik Satie o leyendo los mismos libros?
-Lo de leer no. Raramente releo. Y respecto a Satie me gusta porque muchas de sus composiciones no se sabe si las hizo en broma.

-La radio, la literatura y la televisión... ¿Qué pasa con la prensa?
-Yo de becario empecé escribiendo pero cerraban todos los periódicos en los que yo escribía. La radio y la tele aprendí a hacerlas. Pero lo bueno es que he tenido la oportunidad de aprender, de currar, crear y ser políticamente incorrecto que es lo que me satisface.

-¿Qué es lo que más valoras?

-Decir siempre lo que he pensado. Yo iba a un debate y me encantaba decir que no estaba de acuerdo. Ser políticamente incorrecto es lo que más me ha gustado aprender y hacer.

-¿Pero hay que aprender a ser políticamente incorrecto?
-Claro, con el tiempo y practicando. Primero tienes que hacer un programa de éxito, y una vez lo tienes ya puedes hacer lo que te da la gana.

-Háblame de tu libro Mierda de infancia.

-Es autobiográfico. Va de los ocho a los 30 años. Habla de mi familia. Es un homenaje a mis tres hermanos -Rosa, Fede y Santi-, dedicado a ellos: "Hermanos y héroes". Es un homenaje a los que estamos y a los que no están. Es una historia familiar junto con lo que sucedió en el país.

-¿Sigues buscando algo en la literatura?
-Para mí es inacabable sorprenderme cuando leo.

-¿Dispositivos electrónicos o el libro de toda la vida?
-Uff, yo no. Yo clásico. De pasar una página detrás de otra y de no saltarse ninguna.

-Si pudieras hacer un programa de TV a tu medida, sin ningún tipo de restricciones ni económicas ni políticas ni sociales, ¿cómo sería?
-Pues lo que voy a hacer ahora es parecido y me satisface plenamente. Son entrevistas a personas, fuera de plató, con cinco o seis situaciones distintas. Yo ya me he realizado televisivamente, no tengo sueños por vivir.

-¿No? ¿Profesionalmente supongo?
-Que no, que no.

-¿Personalmente tampoco?
-Personalmente sí. Estar vivo ya es un sueño, y que mañana siga vivo, otro.

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