Entre España y África no sólo hay 14 kilómetros. Hay una trama de mafias, sueños rotos e inmigración ilegal que el cineasta Gerardo Olivares retrata en 14 kilómetros, la primera cinta española que ha logrado el máximo galardón de la Seminci de Valladolid en sus 52 años de historia y que el día 5 llegará a los cines.
Todo comenzó hace cuatro años, cuando Olivares viajó a Níger para rodar un documental sobre las caravanas que cruzaban el desierto del Teneré para la productora El Deseo, de Pedro Almodóvar. "Un día vimos dos camionetas llenas de subsaharianos que trataban de cruzar el desierto. Los tuareg me contaron que veían a menudo estas caravanas que transportaban a personas que querían entrar ilegalmente en Europa, que a veces los vehículos se perdían en medio de las tormentas de arena y que con frecuencia encontraban cadávares de los que se quedaban en el camino", explica el cineasta, que tras ahondar en el tema decidió dedicarle un filme.
"Hice investigaciones en el norte de Marruecos con las mafias y en España con personas que habían logrado con éxito cruzar el Estrecho", cuenta el cordobés, que vivió una temporada en Níger y Asilah para hilvanar el guión de 14 kilómetros.
"Me dí cuenta de que con tantas imágenes de cayucos en los informativos la gente ha terminado por insensibilizarse. Los medios sólo muestran el final del viaje, y la gente no conoce cómo es la travesía al completo", señala Olivares, que retrata en su cinta las calamidades que viven tres jóvenes africanos para llegar desde Níger a Europa de manera clandestina. "Hay chicas que se prostituyen para conseguir el dinero y pagarse el viaje, y deportados que intentan varias veces llegar a las costas españolas", añade el director, que ha rodado con actores no profesionales.
"Esta película había que hacerla con intérpretes no profesionales porque tenía que ser muy de verdad", asegura el cordobés. "A Aminata Kanta, la chica que encarna a Violeta, la encontré en un mercadillo. y al chico que interpreta a Buba lo localizé en sólo 24 horas después de que el joven al que había elegido abandonara la producción un día antes de empezar a rodar", cuenta el cineasta.
"En África no es difícil encontrar buenos actores porque, como no utilizan la escritura son unos perfectos contadores", añade Olivares, que tras su exitoso paso por Valladolid -ganó la Espiga de Oro y los premios a mejor fotografía, mejor banda sonora y el segundo galardón del jurado- piensa en llevar su película a los festivales de Tarifa, Lisboa y Burkina Faso y tener buena acogida en taquilla.
" Es una cinta pequeñita sobre un tema complicado. No esperamos grandes taquillazos, pero si la gente ve el mensaje que hay detrás habremos logrado el objetivo".