Cultura

El duende flamenco se pasea por Egipto de la mano de Esperanza Fernández

El duende flamenco ha hecho de las suyas por las calles de El Cairo de la mano de la cantaora sevillana Esperanza Fernández, que hoy ha fusionado su arte con la tradición egipcia, después de llenar ayer hasta la bandera el escenario del teatro Guenina.

el 15 sep 2009 / 04:11 h.

El duende flamenco ha hecho de las suyas por las calles de El Cairo de la mano de la cantaora sevillana Esperanza Fernández, que hoy ha fusionado su arte con la tradición egipcia, después de llenar ayer hasta la bandera el escenario del teatro Guenina.

El arte y la garra de su voz consiguieron anoche arrancar una cerrada ovación a los cientos de espectadores que se habían congregado en el Guenina de la capital egipcia y que respondieron con devoción al espectáculo de la cantaora.

Pocas horas después, bajo el riguroso sol cairota, Fernández llegaba a un pequeño local en el centro de la ciudad, con la voz gastada por el esfuerzo realizado en el recital de ayer.

Allí la esperaba un grupo de gitanos egipcios, llegados del Delta del Nilo, capitaneados por la veterana cantante Haga Gamalat, que ha acudido secundada por un violín tradicional egipcio llamado rababa, una darbuka y una flauta de dos canales conocida como arghoul.

A pesar de la brecha lingüística y cultural, y de que se trataba de una improvisación, en la intimidad de la pequeña sala, la magia ha surgido desde el primer momento entre las dos cantantes, que han compartido y mezclado su arte al ritmo de la guitarra española, el cajón, las palmas y los instrumentos egipcios.

Fernández ha mostrado su admiración por la veterana artista que le ha dado réplica en el recital y con la que se ha fundido en un cálido abrazo en varios momentos de la actuación privada.

Pero si hoy su voz estaba cansada, entre otras cosas por no estar acostumbrada a cantar por la mañana y menos poco después de un concierto, en la noche de ayer la cantaora de Triana ofreció un recital de poderío, fuerza y carácter al que el público egipcio respondió con absoluta entrega.

"Fue fantástico", comentó Fernández a Efe, "el público estuvo increíble y nos sentimos muy acogidos".

Además, agradeció la oportunidad de actuar en Egipto a la Embajada de España en El Cairo y a la fundación andaluza Tres Culturas, que han organizado su viaje y el concierto, programado dentro del Festival de Primavera de la ciudad.

En la ruidosa noche cairota, su voz, junto a la guitarra de Miguel Ángel Cortés, deleitó a los centenares de personas que abarrotaron el teatro, al aire libre y a los pies de la muralla fatimí, del siglo XI.

La cantaora eligió fandangos de Huelva para iniciar el recital, siguió con tangos de su tierra, de Triana, añadió unas alegrías a continuación y, como colofón, cantó y bailó por bulerías, un palo con el que consiguió que parte del público se fuera con ella por palmas.

Al acabar, una cerrada ovación: sonoros aplausos con los que los asistentes premiaron la magia que Fernández desplegó sobre el escenario.

La cantaora, muy satisfecha, destacó que el público consiguió captar la esencia del flamenco, porque "la música de aquí es todo alma y corazón", y aunque no entiendan sus palabras, con su gesto y su emoción "lo sienten perfectamente".

Como explica Fernández, por encima de todo, "la música son sentimientos", y el flamenco sabe mucho de eso.

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