La bailaora sevillana Rafaela Carrasco estrena esta noche en la XVI Bienal de Flamenco 150 gramos de pensamientos, que ha definido como un "postre" que ha creado por la semejanza que asegura que existe entre crear una receta culinaria y un espectáculo de danza.
Con una puesta en escena "muy íntima" y la intervención de ella junto a cuatro músicos y el bailaor David Coria, el espectáculo incluye la palabra "pensamientos" en alusión a su doble sentido: por un lado el nombre de una flor "hermosísima" y por otro "ese algo abstracto que da origen a las ideas".
El montaje, que supone un estreno absoluto en España, surgió durante una cena en la que una amiga planteó que tenía la receta de "gelatina de pensamientos", explicó ayer en rueda de prensa la bailaora, que confesó ser cocinera de "ollas y pucheros" y no de "platos finos".
Rafaela Carrasco explicó que los ingredientes de su espectáculo, que se verá en el Central, son el vestuario y los números que se ponen en escena, los utensilios son los músicos, el pinche es el bailaor y el chef que elabora la comida es Antonio Campos.
Ella asegura que es "la base del plato, que va evolucionando y va cambiando dependiendo con qué ingrediente se va juntando y qué utensilio le va dando forma", según la definición de la bailaora.
El escenario, de hecho, representa una cocina de forma "muy sutil" con tres grandes mesas, y los utensilios son los instrumentos, que aparecen colgados en la escena, describió Rafaela Carrasco, que se fue hace 14 años a Madrid porque era "un poco más fácil" trabajar allí, aunque reconoce que le "encantaría" regresar a trabajar y vivir en Sevilla.
En el programa del espectáculo se afirma que los ingredientes son "cinco limones" que representan las inquietudes y la búsqueda a través de una farruca; la "cola de pescado", que son los años de experiencia y se ofrecerán con una bulería, y "los 150 gramos de azúcar" son el "sabor" que el público degustará con cantiñas.
Además, con un trémolo la bailaora dará otro ingrediente, "un puñado de pensamientos" que representan la creatividad; y con un abandolao culminará el baile con el ingrediente "nata montada", que supone la "presentación del plato".
