"La miel siempre estuvo en manos de intermediarios que jugaban con los apicultores", sostiene el gerente de Sierras Andaluzas, José Luis Pajuelo. Situada en Castilblanco de los Arroyos, es la primera cooperativa de Andalucía en producción y facturación, y tercera en España. "El 70% de nuestra miel es de "mil flores" (mezcla de distintas plantas) y otra gran parte de azahar, puesto que la mayoría de las colmenas están en el Valle del Guadalquivir", agrega.
"No hay una cultura de la miel como la del vino o el jamón", asegura. "Tú sabes si está bueno o malo ese jamón, pero la miel... Este bote me sabe dulce, ya está". Y es que se trata de un producto que se emplea como ingrediente para dulces o para acompañar comidas, pero que no se valora en su singularidad. "Producimos unos 700.000 kilos de miel y este año superamos los dos millones de euros en facturación", expone el gerente de una cooperativa que agrupa a 100 socios y cuyas instalaciones llevan casi una década en el municipio.
Junto a la miel, las abejas generan otros productos, como la cera, el polen o la jalea real, además de los derivados. "Tenemos acuerdos con otras empresas para hacer y comercializar jabones, gel, cremas...". Entre otros servicios, la cooperativa ofrece a sus socios venta de materiales, equipos y maquinaria.
La competencia también es dura. No sólo en textil o zapatería, los chinos también son competidores audaces en el mercado de la miel. "Su ventaja está en los costes, que son ínfimos, por ejemplo, la mano de obra", apunta el gerente. Sin embargo, el producto final no tiene la misma calidad, según él. "No hay controles sanitarios y emplean materiales viejos, como bidones en mal estado", dice.
Junto a las dificultades de los mercados, la falta de agua había provocado mucha mortandad en las colmenas, el llamado "despoblamiento". El gerente explica que son muchos factores lo que pueden provocarlo, como los insecticidas en los cultivos o incluso la presencia de antenas de teléfono. "Una simple vibración de tu móvil afecta considerablemente a las abejas", sostiene. Pero uno de los enemigos más temidos es el abejaruco, un pájaro cuya fuente de alimentación son las colmenas. "Con las altas temperaturas, hay una gran concentración de estos pájaros, que llegan más al norte", comenta. Y otro animal temible es el varroa destructor, un ácaro que se sube encima y chupa la hemolinfa de la abeja, el líquido circulatorio que le da vida.
Las persistentes lluvias que se dieron este año han favorecido al apicultor. "Surge nueva vegetación que había desaparecido y más polen", recalca el empresario. Pese a que la humedad dentro de las colmenas puede generar algunas enfermedades, se espera que mejore la situación con la llegada de la primavera.
La abundante agua es buen augurio para un sector que se encontraba en una situación difícil tres años atrás. "Se duplicó la importación y el precio estuvo por debajo de los costes", cuenta al respecto. Pero ahora, pese a la crisis, "la miel se mueve por precios aceptables y con continuidad".
El responsable de Sierras Andaluzas considera que la política es acertada en el tema de las cooperativas, pero confía en que se hagan algunas modificaciones: "Se debería duplicar el mínimo de colmenas, de 150 a 300, para cobrar subvenciones". Se apuesta por la profesionalización del sector para evitar que sufra un severo receso cuando terminen esas ayudas a las que se agarran algunos apicultores que sólo hacen negocio con éstas. "Tenemos subvenciones, en principio, hasta el 2013", recuerda. Posiblemente la PAC (Política Agraria Comunitaria) se amplíe a 2020, pero en 2013 terminan los Feder (Fondo Europeo de Desarrollo Rural) y a Andalucía llegará menos ayuda.
En estos momentos, esta cooperativa no pierde el tiempo y ya está reconfigurando su web para ofrecer la venta online. La miel de estos apicultores está garantizada con los certificados de calidad ISO 9001:2000 y Medio Ambiente UNE-EN-ISO 14.001:2004, además de contar con la Marca de Parques Naturales de la Junta de Andalucía.
