El delegado de Movilidad en funciones, el socialista Francisco Fernández, visitó ayer el edificio municipal en la antigua cárcel de la Ranilla que albergará la jefatura de la Policía Local y la delegación de Movilidad, con su sala de control de tráfico incluida, aunque las nuevas instalaciones no están aún en funcionamiento. No obstante, en el último día en el cargo, Fernández quiso ver cómo quedó el que considera un edificio municipal "histórico", ya que nunca el Consistorio levantó una sede con 18.000 metros cuadrados, según dijo.
Fernández concretó que aún restan pruebas de instalaciones como de aire acondicionado o iluminación para que obtenga la licencia de apertura, así como remates de pintura, revestimientos... pero vaticinó que estará operativo "en breve". Lo cierto es que este edificio se terminó siete meses después de lo previsto y con 3,3 millones de euros de más (en total costó 20,7 millones de euros). El motivo, la redistribución de las instalaciones ante las discrepancias entre Movilidad y Convivencia y Seguridad, que ocuparán el edificio. Eso sí, el Ayuntamiento achacó los problemas a la losa de hormigón bajo la antigua cárcel, que dificultó la obra, y a "nuevas necesidades".