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El edil de Urbanismo dimite después de 9 años por su pugna con el alcalde

Emilio Carrillo ha sido concejal de Urbanismo desde que Monteseirín es alcalde. Durante nueve años ha gestionado los principales proyectos de modernización de Sevilla, hasta que en los últimos meses perdió la confianza del alcalde y se ha visto arrinconado dentro del Gobierno. Ayer, "por coherencia política y personal", presentó su dimisión.

el 15 sep 2009 / 08:50 h.

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Emilio Carrillo ha sido concejal de Urbanismo desde que Monteseirín es alcalde. Durante nueve años ha gestionado los principales proyectos de modernización de Sevilla, hasta que en los últimos meses perdió la confianza del alcalde y se ha visto arrinconado dentro del Gobierno. Ayer, "por coherencia política y personal", presentó su dimisión.

Emilio Carrillo presentó ayer su dimisión como teniente alcalde delegado de Urbanismo, el cargo municipal con más protagonismo y peso político del Ayuntamiento. El alcalde la aceptó, aunque dijo haberse resistido todo lo que pudo para evitar que se marchara.

Urbanismo llevaba en las mismas manos desde que Alfredo Sánchez Monteseirín se hizo con la Alcaldía de Sevilla en 1999, porque Carrillo siempre ha sido la mano derecha del alcalde, hasta hace poco. Por eso, y por el distanciamiento que ambos han querido hacer público, la dimisión se entiende como un capítulo más de la crisis institucional que vive el Ayuntamiento desde hace meses.

Carrillo dejó de confiar en el alcalde cuando éste le dio la espalda en el atropello mortal de Hytasa y lo dejó muy claro en el congreso provincial del PSOE, al retirar su apoyo a Demetrio Pérez, candidato de Monteseirín, para entregárselo a José Antonio Viera. Este repentino giro orgánico desencadenó movimientos estratégicos en ambos bandos. El alcalde precipitó la salida de Carrillo como portavoz del Gobierno local. Y Viera le introdujo en la ejecutiva regional como vocal. Así salió del círculo de confianza del Consistorio para meterse de cabeza en el del partido.

Al dimitir, aparentemente Carrillo también se estaba retirando de la pelea interna que mantenía con Monteseirín. Pero aún dejó clavada una espina para la discordia al poner su acta de concejal a disposición del partido, forzando que Viera, enemigo político del alcalde, se pronunciara sobre su continuidad en el Ayuntamiento. El movimiento del secretario provincial fue garantizar la permanencia de Carrillo como concejal, a sabiendas de que el ex delegado de Urbanismo es uno de los hombres con más peso político en el Consistorio y desde hace meses también es uno de sus hombres. Con Carrillo dentro, aún sin un cargo de responsabilidad, la convivencia seguirá siendo difícil en un Gobierno dividido a partes iguales entre vieristas y afines a Monteseirín, y eso también debilitará al alcalde.

La dirección provincial del PSOE en Sevilla avanzó ayer que "respetaba los motivos" de Carrillo para dimitir, pero consideró "conveniente su continuidad como concejal del Ayuntamiento". "El alcalde de Sevilla, en uso de sus competencias y de manera responsable, actuará siempre garantizando la gobernabilidad en el Ayuntamiento", reza el escrito.

SIN HABLARSE. A pesar de todos estos entresijos políticos, de cara a la galería la dimisión se ha fraguado con una aparente complicidad por ambas partes. Carrillo y Monteseirín, que apenas se dirigen la palabra, tuvieron una reunión el viernes pasado en la que el ex concejal comunicó su intención de abandonar su puesto. Hasta ayer no se formalizó.

El ex concejal de Urbanismo envió una carta al alcalde por la mañana para explicar que "por razones de coherencia personal y política" abandonaba el cargo y mantenía "su firme voluntad de no menoscabar en modo alguno la buena gestión y la gobernabilidad de la ciudad de Sevilla". Monteseirín aceptó horas más tarde la dimisión, "pese a haberle ratificado en su responsabilidad" el viernes y repitió públicamente que "seguía manteniendo su confianza en él para seguir desempeñando sus responsabilidades institucionales, una vez concluido el proceso de renovación de los órganos del PSOE en Sevilla".

Por su parte, Carrillo agradeció al regidor por carta "la confianza que ha venido depositando en él desde 1999" y expresó su deseo de que "el buen recuerdo del trabajo conjunto desarrollado marque a partir de ahora sus relaciones políticas y personales". Después puso su acta de concejal a disposición del PSOE "por lealdad hacia la organización en la que llevo militando un cuarto de siglo". Monteseirín anunció que el área de Urbanismo no tardaría en ser ocupada por otro edil, y que Carrillo "si se queda como concejal, alguna función tendrá que realizar".

COSAS POR HACER. Más alejados de las claves puramente políticas, la marcha de Carrillo también supondrá un cambio de rumbo en la trayectoria de los grandes proyectos de la ciudad. El que fuera padre político del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) deja huérfano un documento de miles de páginas que define con exactitud cómo crecerá la ciudad durante la próxima década, pero que aún debe ser desarrollado. En el PGOU están las líneas directrices que el Gobierno debe cumplir y hacer que se cumplan en materia urbanística, y el desarrollo de ese plan dependía de Emilio Carrillo. El ex delegado de Urbanismo hizo valer su verbo fácil y su claridad expositiva para explicar la importancia del PGOU a constructores, promotores, vecinos, arquitectos, comerciantes, a la oposición y a sus propios compañeros de Gobierno... Ese papel estratégico caerá ahora en manos de otro concejal incluido en la lista electoral del PSOE. Pero, ¿qué edil despierta tanta confianza en Monteseirín como para dejarle el timón de la modernización de Sevilla?

La salida de Carrillo del Consistorio ya se había puesto de manifiesto varias veces en las últimas semanas, pero costaba acertar con los guiños porque cada día se producía uno a favor y otro en contra. Cuando Maribel Montaño cogió el relevo como portavoz municipal, ese mismo día insinuó que Carrillo podría salir del Gobierno (guiño a favor). Pero al día siguiente envió un comunicado desmintiéndolo y el propio aludido lo negó ante la oposición en un Pleno: "Llevan mucho tiempo diciéndome que me voy. Pero yo sigo aquí. Y a ver quién se va a ir antes, ¿usted o yo?", le espetó a Zoido (guiño en contra).

Hace unos días la plana mayor del Gobierno municipal, con Monteseirín a la cabeza, presentó a bombo y platillo el segundo Plan de Barrios, un proyecto eminentemente urbanístico en el que no estaba presente el concejal de Urbanismo. Eso ocurrió el miércoles y dos días después Carrillo le dijo al alcalde que se marchaba. Esta vez era el guiño acertado.

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