Todo apunta a que la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut de Cataluña es inminente, aunque no es la primera vez que así ocurre en los tres años de retraso que ya acumula el fallo. Ante tal aviso de inminencia -y ante las informaciones que aseguran que la sentencia no aceptará la palabra "nación" en el Preámbulo- los medios de Cataluña mostraron unánimemente su rechazo al posible recorte del texto estatutario.
La prensa catalana publicó un editorial conjunto, bajo el título de La dignidad de Catalunya, en el que insta al Tribunal Constitucional a respetar el Estatut por ser una ley orgánica aprobada con el visto bueno del Parlamento catalán y las Cortes Generales. Al manifiesto se unieron las emisoras de radio con sede en Cataluña, el tripartito y CiU.
El editorial conjunto advierte de la posibilidad de que la sentencia final sobre el Estatut pretenda ser un "cerrojazo institucional" e intente cercenar "de raíz" la complejidad española" y alerta de que "una parte significativa del Tribunal parece estar optando por posiciones "irreductibles". "Hay quien vuelve a soñar con cirugías de hierro que cercenen de raíz la complejidad española. Ésta podría ser, lamentablemente, la piedra de toque de la sentencia", indica el texto periodístico.
Las reacciones oscilaron entre la crítica y la alabanza, pero lo cierto es que el editorial consiguió reafirmar a cada uno en su opinión sobre el Estatut, e incluso logró extremar las posiciones. Aunque los grupos políticos mayoritarios, PP y PSOE, eludieron profundizar en el tema, en sus reacciones se reflejó la opinión que defienden sobre el texto. Así, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se mostró evasivo y aseguró haber leído "con mucho interés" el editorial, ante el que mostró su respeto.
Desde el PP, su portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría, opinó que la culpa es de Zapatero por "comprometerse a algo a lo que no debía haberse comprometido nunca". Mientras tanto, la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, fue más allá y opinó que la prensa catalana está presionando al Tribunal, una opinión con la que coincidieron los jueces de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM):"El editorial constituye una presión intolerable que intenta influir groseramente en los magistrados para mover sus voluntades", alegaron.
El consejero catalán de Interior, Joan Saura -que lleva una semana pidiendo la dimisión en bloque del Constitucional- opinó que el editorial refleja lo que opina la mayoría de los catalanes. El PSC agradeció el gesto "sin precedentes" y ERC vio el texto como un rechazo al "ordeno y mando" del Gobierno.
El editorial conjunto señala que el dilema real en este asunto "es avance o retroceso; aceptación de la madurez democrática de una España plural, o el bloqueo de ésta" y recuerda que no sólo están en juego "este o aquel artículo" sino "la propia dinámica constitucional". Según los periódicos catalanes, Cataluña no sólo está preocupada, sino también "harta" de quienes quieren ver a la comunidad "como el defecto de fabricación que impide a España alcanzar una soñada e imposible uniformidad".
