Los testimonios de los familiares de los fallecidos en el Yak-42 protagonizaron la sesión de ayer del juicio, en el que el general Félix Sanz, jefe de Estado Mayor de la Defensa un año después del siniestro, reveló que la cúpula militar planteó a Defensa no entregar los cuerpos sin identificar.
Sanz Roldán, que fue el máximo responsable de la cúpula militar en la época de José Bono, afirmó que el entonces jefe de Estado Mayor del Ejército, Luis Alejandre, le dijo el 29 de junio de 2004 que los mandos militares propusieron al Ministerio de Defensa, un día antes del funeral de Estado, que se entregaran los cuerpos de los militares identificados a las familias y demorar los demás.
Según relató Sanz Roldán, Alejandre le concretó que en una reunión celebrada el día antes del funeral de Estado (28 de mayo de 2003), en un despacho anexo al del entonces ministro Federico Trillo había recibido la noticia de que no todos los cuerpos estaban identificados al llegar a España.
Esta versión ha sido inmediatamente negada por el que fuera jefe de gabinete del ministro de Defensa Federico Trillo, Manuel Ramón Bretón, quien dijo: "no recuerdo absolutamente nada de eso. Yo no le oí decir eso". También relató que tras regresar de Turquía el día 27 de mayo, celebraron un consejo de dirección donde "se tomaron las primeras decisiones sobre la necesidad de llevar a cabo funeral de estado y se concretó cómo debía hacerse".
Lo que sí quedó claro en aquella reunión, según Bretón, era que "había que hacerlo cuanto antes pero cuando llegaran los cuerpos".
Tras su interrogatorio, el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, a instancias de la defensa del general Vicente Navarro, ordenó citar a Alejandre para que declare el 31 de marzo. Preguntado en los pasillos del Congreso, Federico Trillo eludió hacer declaraciones sobre el desarrollo del juicio.
También declaró como testigo en la sesión matinal del juicio el ex cónsul de España en Turquía, Raimundo Ezquerro, quien dijo que entendió que "estaba completada la identificación de los 62 militares fallecidos en el siniestro". Sin embargo, la parte más emotiva de la jornada de ayer en la Audiencia la protagonizaron los familiares de los militares fallecidos. Entre lágrimas y sollozos, siete familiares han expresado el dolor vivido al recibir los restos equivocados de sus parientes y han denunciado que sufrieron "engaños" y "maltrato psicológico" por parte de los responsables del Ministerio de Defensa.
La primera víctima que tomó la palabra fue Teresa Jiménez Cabello, esposa del brigada Juan Carlos Jiménez, que explicó que el error en la identificación provocó que otra familia incinerara los restos de su marido y esparciera parcialmente sus cenizas. "Yo no quería que fuera incinerado y fue un golpe para nosotros". Asimismo, indicó que habló con el general Navarro y que éste le pidió "tranquilidad" y le confirmó que su esposo había sido identificado "por el nombre del uniforme y por los galones". "Sé a ciencia cierta que no se equivocaron, no le identificaron, hubiera sido tan fácil como coger su hoja de servicio", apuntó antes de señalar que los familiares "nunca" pidieron que el proceso de identificación fuese "rápido".