Ante cualquier imprevisto o situación de especial necesidad, las joyas, obras de arte y otros bienes pueden servir como depósito y garantía de un préstamo rápido a través de las instituciones de empeño, los Montes de Piedad, que en su día fueron el germen de las cajas de ahorros y que algunas aún mantienen, como es el caso se la sevillana Cajasol.
Un sencillo sistema. Joya que se lleva, se tasa, se pone un precio y se deja en prenda como garantía de un préstamo -normalmente de escasa cuantía, para sortear algún que otro apuro, y con 150 euros de mínimo- y que no puede superar el 70% del valor. Si se devuelve el dinero, joya que se recupera, y si no se devuelve, joya que será, con el tiempo, subastada.
Si en los últimos años la actividad del Monte de Piedad de esta entidad se había prácticamente estancado -coincidiendo con los momentos de grandes facilidades por parte de toda la banca a la hora de conceder créditos-, en 2007 volvió a crecer el número de operaciones, dicen fuentes de Cajasol.
De los 19.750 préstamos otorgados en 2007, y que sumaron 12,3 millones de euros, sólo el 5% superaba los 1.500 euros, mientras que el 60% lo constituían importes inferiores a los 600. El aumento de la actividad, indicaron las fuentes, se situó en el entorno del 2%, mientras que la de 2006 fue similar a la del ejercicio anterior y entre 2003 y 2005 se contabilizaron descensos.
La desaceleración económica, pues, y el hecho de que las entidades financieras hayan endurecido las condiciones para el acceso al crédito son factores claves en ese aumento de las operaciones en el servicio Monte de Piedad de la caja sevillana.
¿Quién empeña? El perfil atiende a una mujer de de entre 30 y 50 años. Hay de todo, no sólo clases bajas, también medias y altas, y en el último año se ha notado más población inmigrante.
