Este ligero descenso se debe a que el turismo español bajó. Por contra, el tirón de los viajeros extranjeros impidió un desplome mayor, puesto que su afluencia se incrementó un 11,1%.
Este aumento foráneo se puede explicar en parte por la situación convulsa que viven algunos países del norte de África, con unos destinos turísticos que eran una clara competencia con la provincia de Sevilla.
Un dato curioso es que a pesar de que las pernoctaciones cayeron, sin embargo, la oferta de plazas hoteleras subió. Así, según el informe de la Diputación, en 2011 el número de plazas ascendía a 8.285, 122 más en términos absolutos con respecto a 2010, es decir, crecieron un 1,5 %.
En lo que respecta a la procedencia de los turistas, aproximadamente el 56,7% tenían su residencia en España, estando a la cabeza los visitantes de otras provincias de Andalucía, seguidos por los madrileños y catalanes.
Por su parte, los turistas extranjeros que lideraron en 2011 el ranking fueron los franceses, italianos, ingleses, alemanes y holandeses. Aquí también se notó, y mucho, la crisis, puesto que en 2010 los ciudadanos del vecino Portugal eran los turistas extranjeros que más visitaban Sevilla, seguidos de los franceses y belgas.
Respecto a las características de los viajeros, de los datos del informe se desprende que es un turismo de calidad, por el que luchan la mayoría de las administraciones. El 40,7% tenía un nivel de formación alto, al contar con estudios universitarios. Además, el 58,1% trabajaba por cuenta propia o ajena y el 18,16% eran personas jubiladas y pensionistas. Cabe destacar también que el nivel de renta del 70% de los turistas superaba los 1.500 euros.
Esta desahogada situación económica de los viajeros es lo que les permitió que el año pasado se gastasen una media de 56,8 euros por día y persona. Por edades, el 46,3% de los turistas eran personas de entre 25 y 44 años, teniendo un impacto bajo el turismo juvenil.
En cuanto al tipo de viaje, el 42,1% de los encuestados, según describe el informe, lo realizó en pareja, y el principal motivo para elegir como destino turístico la provincia de Sevilla fue fundamentalmente la visita a familiares y amigos, seguido de la asistencia a fiestas populares y la visita a monumentos.
Además, para elegir como destino turístico la provincia de Sevilla también tuvieron un gran tirón la gastronomía, el clima y la hospitalidad de sus gentes. De hecho, los visitantes valoraron mucho el trato recibido, la calidad en el servicio de restauración y los precios. Por contra, los visitantes detectaron un empeoramiento de la seguridad ciudadana.
