Economía

«El empresario no puede pararse. Si lo hace, llega otro y se lo come»

El director general de Bruno Baresi ha decidido sortear la crisis mirando hacia adelante. Su apuesta por los mercados exteriores y por una colección dirigida a la mujer le han ayudado no sólo a no caer, sino a mejorar sus ventas un 24% en 2009

el 06 feb 2010 / 21:27 h.

Manuel Márquez, director general de Bruno Baresi, en sus instalaciones del Polígono PIBO de Bollullos de la Mitación.

-650 puntos de venta distribuidos por España, Francia y Portugal. ¿Le ha costado mucho llegar a donde está?

-Al principio fue un camino difícil. Venía de Barcelona, de trabajar como gerente en Fred Perry, y lo primero que hice fue montar tiendas de ropa de caballero. Después decidí fabricar para mis establecimientos y después, para otras tiendas, y así nació Bruno Baresi. Lo primero que hicimos fue una colección de jerseys para invierno y de polos para verano. Comenzamos con lo más cercano, Huelva, Cádiz y Sevilla, para después expandirnos. Afortunadamente, después de 15 años nos hemos extendido por toda España y llegamos a otros países.

-¿La salida al exterior no es más difícil con la crisis?

-La previmos con tiempo y eso nos hizo reflexionar. Las opciones eran las mismas que las de un navegante con la mar revuelta. El optimista coge el barco y se ahoga, el pesimista ni siquiera sale del puerto y el realista opta por arreglar los aparejos. La última fue la que elegimos. No nos hemos lanzado a la aventura pero tampoco nos hemos quedado parados. Por ello pusimos en marcha una serie de acciones para poder compensar el trocito de pastel que se tragara la crisis. De ahí la salida al exterior y la puesta en marcha de una colección para mujeres. En principio, hemos apostado por Portugal y Francia, donde queremos consolidarnos. Queremos llegar a las 100 tiendas en los dos casos.

-¿Cómo consigue introducir sus prensas en otros países?

-La pasada semana participamos en la feria Prêt à Porter de París, que es la más importante de moda, lo que nos ha supuesto un gran esfuerzo económico y también de diseño, ya que hay que tener preparada la colección con la antelación necesaria, pero deja patente cuáles son nuestras intenciones. Ha sido nuestra primera participación y nos ha servido para testar el ambiente, para que se conozca la marca y, sobre todo, para captar distribuidores que puedan ampliar nuestro negocio.

-¿Tiene más mercados en mente?

-El empresario no puede pararse, porque si lo hace, viene otro y se lo come. Estamos manteniendo las primeras conversaciones con otros países comunitarios. Esta semana participamos en la feria SIMM de Madrid, la más importante del sector en España, a ver si da resultado. Estamos yendo a una velocidad que, si no llegamos al objetivo, no será por falta de esfuerzo. También en la nueva línea femenina, dirigida a mujeres de entre 20 y 45 años y, como en el caso de la moda masculina, la idea es transmitir nuestro eslógan: el placer de vestir deportivo. Las prendas se distribuyen en tiendas tradicionales de nivel medio alto, no en grandes almacenes.

-¿La crisis le afecta?

-Con las medidas que estamos tomando, no. Hemos crecido un 24% durante 2009 y en enero hemos registrado un crecimiento interanual del 23%, es decir, que el ritmo no decae.

-¿Cómo compiten firmas como la suya con la competencia china?

-Es una hándicap para muchos sectores, en especial para el textil. Se está cargando la industria catalana, que es donde se concentran más empresas, sobre todo a aquéllas que han apostado por competir en precio. Eso es cierre seguro, porque nadie puede mejorar el precio con el que compiten los chinos. Claro que detrás están personas que trabajan por muy poco y la baja calidad. Por eso nosotros lo vimos clarísimo desde el principio y decidimos no entrar en esa competición. La firma nació con una filosofía de calidad y un precio ético.

-¿Qué significa precio ético?

-Significa que no se puede vender una prenda por mucho más de lo que vale, por mucha marca que sea. Trabajamos con una materia prima de primerísima calidad, contratamos una mano de obra cualificada y luego costeamos la comercialización. Una vez cubierto esto, buscamos un beneficio ético. Hacemos controles exhaustivos de calidad.

-Es decir, que lo de producir allí es impensable...

-No queremos oír hablar de eso. Tenemos nuestros talleres externos en Cataluña y en distintas provincias andaluzas.

-¿Cómo es la competencia en el sector?

-Tenemos como todo el mundo, y es feroz. Pasa lo mismo que con la crisis, que hay que hacer cosas nuevas, porque si no, te comen. Hemos buscado un hueco donde meternos y que la competencia no llegue. Hay muchos fabricantes que proporcionan el jersey clásico, pero hemos sabido encontrar el motivo para que nos elijan a nosotros. Tiene que ver con la gama de colores, tenemos 35 en la carta. Esto no es fácil, y menos contar con ello en stock y poder proporcionar la prenda a las 48 horas. Con la crisis, las tiendas compran dos por talla cuando antes compraban seis, por lo que encargan menos pero con más frecuencia. Nos hemos convertido en almacén de las tiendas en estos momentos, y muchos no lo permiten.

-¿Y los impagos?

-Hemos tenido algunos problemas, pero el porcentaje es muy pequeño. De ahí la idea de crecer poco a poco, vendiendo a las tiendas que sabemos que funcionan gracias a los distribuidores.

El perfil. De vuelta a la tierra. Su carrera en el textil se inició en Barcelona. En esta ciudad trabajó como gerente de Fred Perry, "una de las firmas más importantes de entonces". Pero reconoce que la tierra tira y que Andalucía y su añoranza por ella fueron las que provocaron su vuelta al sur. "Al principio monté unas tiendas de ropa de caballero y después mis hermanos quisieron también venir. Ellos tenían un taller de bordados en Barcelona que trabajaba a grandes marcas. Y entonces decidimos realizar un estudio de mercado y ver las posibilidades que había". Desde entonces han pasado 20 años y ahora dirige la marca Bruno Baresi, que tiene 650 puntos de venta. La firma está integrada en el grupo Teximbor, que incluye Bordados del Aljarafe y TXB, dedicada a la ropa de trabajo y a artículos publicitarios.

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