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El envejecimiento de la población, un desafío

Sólo el efecto rejuvenecedor de la inmigración logra contrarrestrar levemente el progresivo envejecimiento de la población española que, según un estudio de Caixa Catalunya, tiene ya un porcentaje de mayores de 65 años superior al 16% del total. Andalucía está entre las comunidades más pobladas y, consecuentemente, entre las que cuentan con...

el 16 sep 2009 / 00:20 h.

Sólo el efecto rejuvenecedor de la inmigración logra contrarrestrar levemente el progresivo envejecimiento de la población española que, según un estudio de Caixa Catalunya, tiene ya un porcentaje de mayores de 65 años superior al 16% del total. Andalucía está entre las comunidades más pobladas y, consecuentemente, entre las que cuentan con un mayor volumen de población por encima de esa edad: 1.173.637 personas.

Los efectos de este fenómeno son variados y plantean imporantes desafíos a los que tendrá que hacer frente la comunidad en un plazo no tan lejano. En primer lugar, las previsiones de Eurostat apuntan a que España será, en el año 2050, el país de la Unión Europea con mayor proporción de jubilados y menos personas en edad de trabajar sobre el total de la población. Y eso sin contar con los efectos que la actual e imprevisible crisis económica puede acarrear a la estructura del mercado de trabajo en los países europeos. Pero una cosa es segura: urge comenzar a estudiar los mecanismos capaces de gestionar de forma eficaz una arquitectura de población de esas características y sus repercusiones económicas y sociales.

Se va a disparar el gasto social, el consumo de medicamentos, la exigencia de ayudas a la dependencia en un escenario en el que las arcas públicas verán reducidas sus entradas. Pero, al fin y al cabo, todo ello es consecuencia de los avances científicos que prolongan la esperanza de vida, de modo que, en sentido estricto, no puede considerarse una evolución negativa. El verdadero dilema se plantea en relación con la natalidad. La falta de facilidades para la emancipación retrasa cada vez más la decisión de las parejas de tener hijos, con la consiguiente reducción de la fertilidad.

Y luego el escaso apoyo social a las madres trabajadoras, con una red de guarderías públicas insuficientes y deficientes, las disuade de crear familias extensas. Eurostat pronostica que la población española comenzará a decrecer hacia el año 2020, pasando de 45 millones en 2015 a 42 millones en 2050. Una política social eficaz aún está a tiempo de frenar este proceso.

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