Granada empieza a recuperar su memoria. El grupo de arqueólogos, forenses y voluntarios de la Asociación estatal Para la Recuperación de la Memoria Histórica exhumó al mediodía del viernes los restos de los dos guerrilleros localizados en una fosa común en el cementerio de Moraleda de Zafayona. Ahora serán analizados en una laboratorio en la localidad leonesa del Bierzo.
El vicepresidente de la citada asociación, Santiago Macías, explicó a Europa Press que los restos se localizaron debajo de unas piedras el pasado jueves en el segundo emplazamiento que fue excavado dentro del cementerio. Estaban descolocados debido al movimiento de tierras producido por un enterramiento efectuado al lado de la fosa.
Debido a este corrimiento de tierras, los restos encontrados no tienen conexión anatómica y algunos de ellos han desaparecido, lo que no ha impedido que los arqueólogos y forenses puedan determinar que las características físicas se corresponden con las de los dos hombres que estaban buscando. Se trata de Ricardo Moles, oriundo de Moraleda de Zafayona, y José García Muñoz, natural de Agrón, dos maquis que pertenecían a la Agrupación Guerrillera de Málaga-Granada y que fueron sitiados en octubre de 1950 en la cueva de la Ahumada.
Ambos se encontraban ocultos en este lugar para mantener contacto con sus familiares y con varios enlaces de la guerrilla de la zona. La emboscada vino precedida tras la denuncia de un pastor contra el que abrieron fuego al confundirle con las fuerzas represivas. Minutos después, un contingente de guardias civiles y militares acabaron con sus vidas.
