La situación entre los chiringuitos malagueños y la Demarcación de Costas es "tensa", hasta el punto de que el Ayuntamiento de Málaga se plantea dejar de ser interlocutor y no aceptar el plan de playas de Costas, que prevé limitar a los tres meses de verano las zonas para asar y comer el popular espeto.
La edil de Playas del consistorio malagueño, Teresa Porras, señaló que limitar la oferta y consumo de espeto a los tres meses de verano va en contra del turismo de la capital porque ésta es "un destino de sol y playa de 365 días, y así lo vende también el consejero de Turismo de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso".
Por ello, reconoció que la situación es "tensa", ya que el jefe provincial de la Demarcación de Costas del Ministerio de Medio Ambiente, Francisco Javier Hermoso, mantiene esta postura. Porras indicó incluso a los periodistas que "puede ser que el Ayuntamiento no acepte el plan de playas de Costas", lo que supone dejar la intermediación entre los empresarios y la Demarcación de Costas. Una decisión que, si se lleva a cabo finalmente, se comunicará a los responsables de los chiringuitos y hamacas de la capital, subrayó Porras. Lo que no se dejaría en manos de Costas serían las competencias municipales como seguridad o balizamiento de playas, según la edil.
"No puede ser que venga un nuevo jefe de Costas cada cuatro años y decida quitar unos espacios, como la parte rígida de los espeteros", sentenció, y reiteró que la temporada turística en la capital "no sólo es de tres meses, del 15 de junio al 15 de septiembre, sino que es una ciudad con turismo los 365 días del año".
La Demarcación de Costas remitió hace 15 días un escrito en el que señalaba la prohibición de la ubicación de espeteros en la playa, siguiendo la Ley de Costas que también ha puesto en peligro la existencia de los chiringuitos en general a pie de playa. Según el consistorio malagueño, el escrito comunicaba que, en caso de incumplimiento, los expedientes sancionadores recaerían en los ayuntamientos.
Si la Junta reclama flexibilidad para la aplicación de la norma en aras de la singularidad turística y cultural que suponen los chiringuitos andaluces, Málaga defiende que los espeteros son una seña de identidad propia.
