Alba declaró tras su detención -pasó tres meses en prisión desde febrero de 2009 y salió libre tras pagar 120.000 euros de fianza, acusado de cohecho, blanqueo de capitales, prevaricación y falsedad documental-, que sus únicos ingresos eran los que recibía "como alcalde, artista (era cantaor de flamenco) y albañil", pero en sus cuentas se han encontrado "numerosos ingresos en efectivo" sin justificar, lo que elevaba su patrimonio en el momento de su arresto a 127.950 euros. En el registro de su casa se encontraron más de 160.000 euros debajo de un colchón. Además, entre la documentación intervenida se encontraron datos que están permitiendo investigar si el socialista aumentó el valor de una finca hasta multiplicarlo por 40 (de 180.000 a 6,7 millones de euros); el terreno estaba calificado como rústico, pues sólo se dedicaba al olivar, pero el alcalde tenía "fundadas expectativas" en modificarlo a urbanizable. Los investigadores deducen que Alba estaba en "connivencia" con José Francisco Mora, ex jefe adjunto del servicio de Arquitectura de la Diputación de Málaga, además de un gestor inmobiliario. Los tres han "consentido" y participado en la construcción de viviendas de nueva planta que se "justifican y legalizan" sólo en base a que en los lugares de construcción existían unas ruinas. Una de ellas, fue un regalo al alcalde. Varias conversaciones grabadas evidencian que Alba habría encargado a Mora un informe para engañar a un banco en la operación, dando a entender que el suelo era perfectamente urbanizable.
La UCO insiste en que hay pruebas de que "modificó el planeamiento a su antojo" para ayudar a las constructoras que le pagaban y que habría realizado "lo que puede calificarse de intentos por maquillar o regularizar las situaciones irregulares" que le convenían, de forma "activa" y con conocimiento.