De forma obligatoria, todos los profesores universitarios en un plazo como máximo de dos cursos tendrán que someterse a una evaluación para determinar cuál es la calidad de sus clases. Para empezar a abrir boca, un centenar de docentes se han sometido a una prueba piloto del modelo de control de la actividad docente diseñado para Andalucía.
Cien profesores de nueve de las diez universidades andaluzas (la Hispalense ha decidido retirarse y no aplicar el modelo consensuado por todos los campus andaluces) han servido como conejillos de indias en los que probar el programa denominado Docentia-Andalucía. O lo que es lo mismo: el modelo de evaluación de la actividad docente del profesorado universitario.
Desde el 24 al 27 de junio pasados, en Almería, las universidades andaluzas han analizado el resultado de la prueba piloto. Las conclusiones estarán listas en los primeros días de septiembre tras la cual se ha previsto "una etapa de difusión y debate en cada una de las Universidades andaluzas para hacer partícipe a toda la comunidad universitaria del modelo de evaluación propuesto", reza el documento del programa al que ha tenido acceso este diario.
Lo que está claro es que en el curso 2009/2010 -dentro de dos cursos- será de obligado cumplimiento para todos los profesores. La calidad docente se medirá en cuatro parámetros: la planificación (20 puntos), el desarrollo de la docencia (25), resultados (25) y, lo más novedoso, la innovación y mejora de esa actividad docente, en la que se podrá obtener hasta un máximo de 30 puntos.
¿Cómo serán evaluados los profesores? En el programa se apunta a "múltiples agentes", tales como las encuestas de opinión a los estudiantes, los informes de los responsables académicos de los que dependa ese profesor, autoinformes del examinando... ¿Cada cuánto tiempo se hará esa evaluación? La valoración de la calidad docente -desfavorable, favorable y excelente- será de los últimos cinco cursos académicos. En caso de que sea negativa, el profesor puede reclamar participar en la siguiente evaluación que se planifique.
Los resultados del control de calidad -un "modelo único, universal y obligatorio" para todos los profesores, insiste el programa Docentia-Andalucía- no se quedarán en papel mojado. Acarrearán una serie de consecuencias que van desde la autorización para dirigir cursos de enseñanza no reglada, hasta la obtención de menciones de excelencia docente y la concesión de ayudas para la innovación, entre otras. E incluso pueden tocar el bolsillo de los docentes.
A esta evaluación se pueden asociar la concesión de complementos -léase más dinero- y la promoción o selección del profesorado. No obstante, "cada Universidad podrá tomar las decisiones que considere oportunas de cara a reconocer y/o premiar a aquellos docentes evaluados favorablemente, así como establecer las medidas oportunas con aquellos profesores cuya evaluación haya sido desfavorable de forma continuada", aclara el documento consultado.
Los evaluados pueden estar tranquilos. Sus calificaciones serán confidenciales. El programa es tajante en una advertencia: los controles deben hacerse sin dañar "ni minusvalorar" otras actuaciones del profesor, como son las tareas de gestión o de investigación. Una vez abierto el proceso, éste debe estar concluido en un plazo máximo de 12 meses.
Este modelo de evaluación se ha diseñado al no poder "restringirse" el control de la calidad docente a los "tradicionales estudios de opinión de los estudiantes -encuestas-, sino que debe ir más allá considerando también la perspectiva del docente así como la de los responsable institucionales", subraya el informe.
En las comisiones que evalúen a los profesores habrá un "agente externo" que "podría" ser propuesto por la Agencia Andaluza de Evaluación (AGAE). Los que no estén de acuerdo con los resultados podrán recurrir. El resumen de la evaluación será remitido al particular y también a los responsables académicos de aquellas universidades que así lo pidan.
