Los países ricos pueden generar una reacción en cadena que llevará al éxito a la cumbre sobre Cambio Climático en Copenhague si destinan, al menos, 233.000 millones de euros anuales en fondos públicos para ayudar a los gobiernos pobres a reducir sus emisiones, según cálculos de Intermón Oxfam .
Hoy comienza en Copenhague esta reunión de alto nivel de las Naciones Unidas, a la que asistirán 20.000 delegados de más de 190 países y casi 100 líderes políticos, entre ellos el presidente de EEUU, Barack Obama, para comprometerse a que su país reduzca las emisiones: en 2025 se habrá reducido un 30% frente a los niveles de 2005; en 2030, un 42%; y en 2050, un 83%. De hecho, la intención de todos es llegar a un acuerdo sobre el régimen climático internacional a partir de 2012, cuando expira el Protocolo de Kioto. Y es que esta cumbre es esperada por la comunidad internacional como un paso crucial para lograr una respuesta global a la amenaza del calentamiento del planeta.
Según el portavoz de cambio climático de Intermón Oxfam España, José Antonio Hernández de Toro, el precio del éxito en Copenhague se eleva a 233.000 millones de dólares: "Necesitamos ver esta cifra brillando en lo alto de las luces de Navidad al final de la cumbre". Una cantidad que Hernández de Toro califica de "calderilla" si se compara -dijo- con los 8,4 billones de dólares invertidos para salvar a los bancos en quiebra" como consecuencia de la crisis financiera mundial.
Advierte, además, de que toda la financiación debe ser realmente nueva y adicional, ya que muchos países -sobre todo Alemania y Japón- todavía planean utilizar dinero de compromisos ya existentes de ayuda al desarrollo para cumplir con sus obligaciones climáticas.
A su vez, la Unión Europea acordó en octubre que se necesita un fondo público global de entre 22.000 y 50.000 millones de euros anuales para ayudar a los países pobres a afrontar el cambio climático, pero "no dijo con qué cantidad contribuiría". La Comisión Europea estima que la aportación de la Unión podría llegar a los 15.000 millones de euros al año.
Naciones emergentes como China han expresado ya su disposición a disminuir de manera significativa sus emisiones en el caso de que los países ricos proporcionen la ayuda necesaria.
Por su parte, la organización ecologista WWF/Adena pide que Copenhague sea recordada como la ciudad donde se salvó el planeta. La cumbre debe sellar un acuerdo jurídicamente vinculante, suficientemente "justo y ambicioso" para impedir que la temperatura global supere los dos grados y evitar unas consecuencias catastróficas, explica WWF/Adena.
Las posiciones de todos están ya claras y Copenhague también está preparada para que no haya incidentes. Para ello la capital se ha blindado con un dispositivo de seguridad sin precedentes, que costará 84 millones de euros.