No fue un único fallo. Hicieron falta varios errores, humanos y técnicos, para que la madrugada del jueves huyeran de la cárcel de Sevilla El Rafi, un conflictivo delincuente cordobés de 29 años pendiente de juicio por matar a un hombre de un tiro estando también huido de la Justicia, y un marroquí de 22 años autor de varios robos. Policía y Guardia Civil mantenían anoche los dispositivos especiales que tratan de localizarlos, de momento sin éxito.
Instituciones Penitenciarias, que ha calificado el suceso como “muy grave” y afirma que se van a “depurar responsabilidades”, admitió ayer que hubo fallos en “numerosos elementos de seguridad”. La investigación abierta –el mismo jueves por la mañana ya había cuatro inspectores en la prisión– no ha permitido aún cerrar una versión sobre lo ocurrido, y se sigue ignorando incluso a qué hora se produjo la fuga, aunque ya se ha interrogado a dos funcionarios y a varios internos del módulo de los fugados.
Ocurrió entre las nueve de la noche del miércoles, hora del último recuento de presos, y las ocho de la mañana del jueves, cuando se detectó su ausencia al pasar lista. “Hay cosas seguras, pero para otras tenemos varias hipótesis y hasta que no esté claro no vamos a dar detalles”, precisó este áera. Se sabe que un preso salió de la celda a la galería por un diminuto hueco en la pared –de unos 20 por 25 centímetros– y abrió la puerta al otro. De allí lograron llegar a una terraza y saltar el muro perimetral al exterior, aunque el trayecto se sigue investigando. Ni las rondas internas de los funcionarios ni los guardias civiles que vigilan el exterior de la cárcel con cámaras de seguridad los detectaron. La alarma tampoco sonó.
Fuentes sindicales apuntaron a que los presos hicieron el agujero en la pared de celda y reventaron una ventana que encontraron a su paso con una pata que le quitaron a una cama, pero son extremos sin confirmar. Dicen que también se sabe por dónde saltaron al exterior de la cárcel porque dejaron enganchadas en las alambradas las chaquetas usadas para no herirse. En la prisión se considera que no fue una fuga bien preparada, sino una intentona en la que los internos tuvieron mucha suerte.
Crítica sindical. Pero el sindicato de prisiones Acaip lamentó que la cárcel de Sevilla fuera la que acogiera a El Rafi, condenado a siete años y medio por varios robos y pendiente de juicio por matar de un tiro en la cabeza a un vecino de Bujalance en noviembre de 2008, cuando llevaba dos años y medio prófugo: salió de permiso en 2006 y no volvió. Al ser arrestado en 2008 se le añadieron 25 delitos. Es un interno resabiado que lleva pisando cárceles desde 1999 y ha destacado por su conflictividad en los tres meses que lleva en Sevilla. El segundo preso en un marroquí de 22 años condenado a tres años y medio por varios robos y pendiente de juicio por otro. Ambos se enfrentan ahora a una pena de seis a 12 meses de cárcel más por quebrantar sus condenas.Acaip dijo que los funcionarios cumplieron esa noche todas sus rondas, pero consideró que en una prisión tipo, el modelo que se construye ahora, la fuga hubiera sido imposible porque el diseño es mejor, hay cámaras internas y sensores más efectivos.
Insitituciones Penitenciarias admitió que las nuevas cárceles son arquitectónicamente más seguras porque hay más espacio de un recinto a otro y es más difícil salir, pero insistió en que en todas hay seguridad suficiente. La de Sevilla, inaugurada en 1989, sólo sufrió una fuga desde 2000 –no se puede consultar antes al no estar informatizado–. Fue en 2001, y un guardia vio al prófugo pero no lo alcanzó.
La Guardia Civil ha recibido estos dos días varias llamadas de gente que creía haber visto al Rafi, “pero no era él ni de lejos”, por lo que se sigue buscando en su entorno familiar y en cualquier otro lugar donde ambos pudieran permanecer ocultos.
El pueblo de El Rafi estará "más tranquilo" si los cogen. El Ayuntamiento de Bujalance (Córdoba), de donde es Rafael Hidalgo, El Rafi, afirmó ayer que los vecinos estarán más tranquilos cuando se capture al fugado. “En general, la gente del pueblo no tiene miedo”, aunque la familia de la víctima presuntamente asesinada en 2008 por el recluso fugado “está asustada”, indicó a Efe la alcaldesa en funciones durante esta semana, María José Yebras. Por ello, la viuda e hijos de José Reyes se han marchado “por unos días a casa de unos familiares para estar más tranquilos”, explicaron fuentes cercanas a la familia de la víctima. Su hijo dijo que confían en la Justicia y en que “no pase nada”, pero coincidió con el Consistorio en el deseo de que sea apresado lo antes posible.
La alcaldesa en funciones añadió que la Policía Local no deja de vigilar la barriada de Santiago, de donde es El Rafi, y la Ronda Sur de Bujalance para que los vecinos se sientan “seguros”. Pero indicó que en el pueblo la vida prosigue con normalidad; sólo una mujer fue al Consistorio a preguntar si habían localizado al fugado.