Fernando Vega, en el partido ante el Villarreal B.
Víctor Fernández va a tener que darle muchas vueltas al coco y muchas más vueltas a la alineación para intentar que su Betis se deje de despistes, faltas de concentración y ausencia de competitividad y se convierta en un equipo serio, atento y difícil de batir en acciones absurdas. Es mucho trabajo, la verdad, pero el margen del conjunto verdiblanco es mínimo y sus dudas, muchas. Ante la visita del Murcia, de hecho, se encuentra desde ya con un problema: la baja de Damiá, al que Competición castigó ayer con un partido de suspensión por la roja de Las Palmas. Candidatos para sustituirlo no faltan, pero uno de ellos es central; otros dos sí son laterales derechos, aunque uno lleva más de dos meses sin jugar y otro no ha salido del filial en toda la campaña; y el cuarto es zurdo cerrado. Lo curioso es que el no diestro es también el mejor situado ahora mismo para ocupar esa plaza. Se trata de Fernando Vega, claro.La medida puede parecer sorprendente, pero en realidad es la que permite al entrenador retocar lo menos posible el cuarteto defensivo. Y también es el recurso que empleó en el Estadio de Gran Canaria cuando Damiá fue expulsado nada más comenzar el encuentro y de buenas a primeras se vio sin lateral derecho. El caso es que Fernando Vega jugó casi todo el partido por una banda que ni mucho menos es la suya y, sinceramente, su rendimiento resultó bastante aceptable. Esa opción, además, libra al míster de revolucionar su defensa con alternativas más traumáticas, ya que para la izquierda tiene a Nacho y en el centro podría disponer de la pareja más titular de todo el ejercicio, Melli y Carlos García.
Las otras tres opciones sí implican más cambios. La más ortodoxa, en principio, sería desplazar a Melli al flanco derecho, por donde se desenvolvió durante sus primeras campañas en el Betis, pero entonces habría que ver quién acompañaba a Carlos García, si Rivas (al que la grada de Heliópolis difícilmente le perdona ya una) o el novato Miki Roqué. Víctor también tiene a Nelson, que ayer se reivindicó (ver columna de la izquierda), pero el caboverdiano suma casi tres meses sin jugar (desde el 13 de febrero). Y le queda la opción de Isidoro, que lleva una eternidad esperando una nueva oportunidad mientras su carrera se estanca en el filial; al maño no le desagrada el canterano, pero de momento ni siquiera lo llama para los entrenamientos.
