Cultura

El festín de Andoni

OBS *** Concierto de Santo Tomás de la Orquesta Barroca de Sevilla. Andoni Mercero, concertino. Programa: Obertura, Cuarteto, Trío y Conclusión de la primera producción de Tafelmusik de Telemann. Iglesia de la Anunciación, miércoles 28 enero 2015

el 30 ene 2015 / 10:35 h.

Coincidiendo con las buenas noticias que nos llegan de una próxima temporada más compleja y lírica de la Barroca en su nueva ubicación en el Lope de Vega, la orquesta ofreció el pasado miércoles su tradicional Concierto de Santo Tomás, como es habitual en la Iglesia de la Anunciación, una de las sedes culturales del CICUS. En el programa la Música de banquete, como se conoce en terminología inglesa esta musique de table en la que Telemann agrupó varios conciertos, tríos, cuartetos, suites y solos más con intención comercial que para ser interpretados en banquetes como su título sugiere. Lástima que nuestros conjuntos se estén acostumbrando a programas breves, porque nada hubiera impedido interpretar completa la primera de las tres producciones que integran este álbum musical, sin amputarle el concierto y la sonata para solo de flauta. Particularmente esta última pieza hubiera brindado otra ocasión a Guillermo Peñalver para deleitarnos como hizo en el Cuarteto en Sol Mayor, o quizás para ofrecer la oportunidad a Rafael Ruibérriz de hacerlo, tras la versatilidad y seriedad exhibida en la Suite que inicia y concluye esta producción. En ese mismo cuarteto el oboísta Jacobo Díaz aprovechó para lucir transparencia y flexibilidad. Telemann tocaba y conocía bien muchos instrumentos, su técnica y lenguaje, por lo que superar sus niveles de exigencia resulta muy difícil, y ellos lo consiguieron sobradamente. Muy especialmente Andoni Mercero, al frente del conjunto y como parte solista, dechado de virtudes y excelencia musical. Verlo junto a Alexis Aguado acompañándose y a la vez desafiándose en la Sonata para trío fue un puro espectáculo de entusiasmo y desinhibición. Lástima que fuera por el carácter difuso de la proyección en esta majestuosa iglesia o por problemas de ajuste, la cuerda grave, particularmente la siempre gozosa de Mercedes Ruiz, no arropara con la misma precisión y presteza de otras ocasiones. No obstante el estilo galante, afrancesado de la partitura, llena de belleza, gracia e ingenio, encontró en estos felices intérpretes un vehículo perfecto de lucimiento, alcanzando la gloria plena de exuberancia en el Allegro conclusivo.

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