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El final de los badenes de Tomares

El alcalde los rebajará para adaptarlos a la normativa y evitar daños en los vehículos.

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El Ayuntamiento de Tomares, gobernado por José Luis Sanz (PP), va a iniciar en los próximos días el Proyecto de Adecuación de Reductores de Velocidad en las vías públicas, que se traduce en una "reforma integral" de los 82 badenes o reductores de velocidad que hay diseminados por el municipio para adaptarlos a la normativa vigente, fijada en una orden del Ministerio de Fomento, y, con ello, "garantizar a conductores y viandantes las máximas condiciones de seguridad en la circulación".

Según ha explicado el Consistorio en una nota, con este proyecto, que ha venido precedido de un "pormenorizado estudio previo de localización, medición y análisis" de cada uno de los badenes, se tratará de poner "una solución definitiva a los que no se ajustan en altura, anchura, pendiente y drenaje de aguas pluviales", de forma que, entre otras medidas, está previsto "suavizar las pendientes de aquellos badenes que superan la altura estipulada para que las frenadas no provoquen daños materiales en los vehículos".

Las obras, que van a ser financiadas por el Ayuntamiento y la Diputación de Sevilla y se van a ejecutar en varias fases, incluyen la remodelación tanto de los reductores denominados 'lomos de asno' -de los que se contabilizan 18 en el municipio-, como de los 64 pasos peatonales sobreelevados que existen, de los que 46 están "en mal estado o no cumplen la normativa", que son en los que se van a centrar las actuaciones de la primera fase de estas obras, que comienza "en los próximos días" y durará seis meses.

Los trabajos incluyen la homogenización de todos estos badenes a los requisitos exigidos, lo que, según el Ayuntamiento, significa que a partir de ahora todos los pasos para peatones sobreelevados que van a ser reformados tendrán una altura máxima de diez centímetros con una variación aproximada de un centímetro; una rampa de un metro de largo con una pendiente máxima del 10%; una plataforma de cuatro metros de ancho con una tolerancia aproximada de 20 centímetros; un acerado nivelado con la altura del badén y un sistema de drenaje de aguas para la evacuación de aguas pluviales, a fin de "evitar que se formen charcos cuando llueva".

Además, a partir de ahora, estos badenes también contarán con sus correspondientes señales tanto horizontales -pintadas sobre la carretera y con las bandas de paso para peatón y las bandas que lo balizan, que hasta el momento eran inexistentes-, como con cuatro señales verticales en cada sentido de la calzada; en concreto, una informativa de paso peatonal, dos de peligro y una de prohibido circular a más de 30 kilómetros por hora.

El Ayuntamiento se ha comprometido a que las obras, que van a ser ejecutadas por la empresa tomareña José Manuel Torres S.L. y comenzarán por los badenes de las calles Camino Viejo, Pureza y Triana, en Ciudad Parque, se realicen de manera que "causen las menores molestias a los vecinos", de forma que "se evitará en todo momento cortar la calle completamente en ambos sentidos, excepto cuando no haya otra alternativa".

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