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El final de un ciclo en la cantera

Miguel Valenzuela repasa sus dos décadas de trabajo en los escalafones inferiores del Betis.

el 19 jun 2011 / 22:20 h.

Miguel Valenzuela posa delante de un escudo del Betis en Preferencia.

Toni Doblas publicó este comentario en su twitter el 13 de junio : "Un abrazo y mucho ánimo para mi gran valedor, mi descubridor, Miguel Valenzuela, en uno de sus peores días. No entiendo las cosas". Lo que el portero campeón de Copa con el Betis no entiende es por qué el club prescinde del hombre que coordinó y estructuró su cantera después de crecer como técnico en los escalafones inferiores en medio de unas condiciones "terribles". Lo dice quien ha pasado más de dos décadas en las entrañas de Heliópolis y ahora se va casi por la puerta de atrás.

A Valenzuela lo llevó al Betis Mani, el ojeador que luego trabajó para el Barcelona. Jugó cinco años, de infantil a juvenil. El club quiso cederlo luego al Puente Genil, pero él vio que no sería futbolista y lo dejó. Empezó el curso de entrenador al mismo tiempo que hacía Empresariales y tras foguearse en el Bellavista lo llamó otro hombre clave de la pequeña gran historia del Betis, Antonio Quijano. Pasó por el cuarto equipo juvenil (dirigió al luego sevillista Loren) y el segundo cadete (Poli, Capi, Redondo...), tuvo un lapsus de un año en el Tomares tras la eliminación de la cantera por Hugo Galera y a la vuelta le tocó el primer juvenil. "Entrenábamos en la explanada, donde hoy está el aparcamiento, y martes y jueves compartíamos Ifni con un equipo de rugby", narra. La escasez de medios no le impidió ganar dos Copas del Rey consecutivas (98 y 99) y una Supercopa. Era la generación de Joaquín, Doblas, Arzu, Dani... En la 00-01, Valenzuela dio el salto y ascendió al Betis B a Segunda B. Y al año siguiente, el sexto puesto en la Liga. En enero de 2004 lo dejó. "Entendí que con ese equipo no tenía posibilidades de salvar la categoría", dice.

Ese verano llegó Lorenzo Serra Ferrer y lo reclamó como coordinador de la cantera. Coincidió su retorno con la entrada de Vlada Stosic, el hombre que le comunicó el lunes que el Betis ya no contaba con él. "Ahí empiezo a crear una estructura sólida para suplir la falta de medios con unos recursos humanos impresionantes. Lo mejor que he hecho ha sido dotar la cantera de un grupo que nos ha permitido mantener un nivel muy alto y no descolgarnos por ejemplo de la cantera del Sevilla", se enorgullece. "El Sevilla llamaba a la puerta de cualquier jugador y la tenía abierta. El Sevilla ponía un taxi a los niños y una ruta de autobuses, y llevaba al padre a la ciudad deportiva y le enseñaba todos esos campos y le daba un macuto lleno de material. Nosotros éramos todo lo contrario. Si yo iba al Parque Alcosa a por un benjamín, me decían ‘pero si el Sevilla nos da 600 euros y tú no nos das nada'. Ha sido terrible. Y luego los padres que te dicen ‘pero si mi hijo no tiene ni dónde ducharse, ¿no me lo voy a llevar al Sevilla?'", cuenta.

"Si hiciésemos esto por dinero, ninguno estaría ahí. En Tercera se gana más. Y si aquí hubiese habido dinero y más medios, seguro que no habría estado yo sino otros", recalca. Los gastos de kilometraje, por ejemplo, se instauraron hace dos años. Y ahora, cuando el club anuncia inversiones en la cantera, prescinden de él. "Si sin condiciones hemos hecho un gran trabajo, ahora, pagando más a técnicos y físicos, teniendo segundos entrenadores...", lamenta. Afirman en el Betis que necesitan dedicación plena: "Mi dedicación ha sido 24 horas al día y 365 días al año. Los que vengan no van a tener ni un minuto más de dedicación que yo, seguro. Y ha habido muchas, muchas posibilidades de irme ganando mucho dinero con mucho mejores condiciones", replica Valenzuela, director gerente de una clínica.

En todo caso, Valenzuela cree que "hay muy buenas bases" y que su sucesor, José Antonio Gordillo, "es un tío cualificado y hará un buen trabajo". Pero no comparte su no renovación: "Si compro una empresa y un comercial es el que más dinero me da, por mucha reestructuración que haga lo mantendría". Ahora, fuera ya del club, le queda su carnet en Preferencia, donde seguirá yendo para ver a su Betis junto a sus otros tres pilares: su mujer, Cecilia, y sus dos hijas, Julia y Ana. Ellas, a su manera, también son cantera de beticismo.

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