Durante la celebración del juicio en el Juzgado de lo Penal número 3 de Sevilla, la representante del Ministerio Público decidió modificar sus conclusiones provisionales y solicitar finalmente para cada uno de los dos acusados cuatro años y seis meses de prisión por un presunto delito de lesiones del artículo 150 del Código Penal, así como el pago de una indemnización de 16.767,39 euros.
Según informaron a Europa Press fuentes del caso, la Fiscalía ha tenido en cuenta, para la modificación de su petición de pena, el hecho de que las secuelas por la pérdida de masa muscular llevan "implícita" una reducción de la movilidad en el hombro derecho de la afectada, lo cual le impide elevar el brazo por encima de los 90 grados.
Por su parte, el abogado que ejerce la acusación particular, Álvaro López, se adhirió a la petición del Ministerio Público y ha solicitado para cada uno de los dos imputación cuatro años y seis meses de prisión por un presunto delito de lesiones del artículo 150 del Código Penal, así como el pago de una indemnización de 200.000 euros.
Las mismas fuentes apuntaron que, debido a que el presunto delito de lesiones del artículo 150 engloba una pena a imponer de tres a seis años de cárcel, el juez ha decidido remitir las actuaciones a la Audiencia Provincial, por lo que el juicio no ha quedado visto para sentencia y será ahora la Audiencia la que decida en torno a este procedimiento.
En el día de hoy prestaron declaración como testigos un médico forense y un perito especialista en materiales explosivos, quien puso de manifiesto que, según su valoración, el cohete disparado "no tenía anomalías que pudieran haber perjudicado la dirección o la explosión del mismo", añadiendo que, a partir de los indicios de los que cuenta, "presumo que el cohete se manipuló, por lo que, si esto es así, una vez encendido fue sin dirección ninguna". "Mi hipótesis es que el cohete fue zigzagueando paralelo al suelo", apuntó.
Por su parte, el médico forense aseguró que, a consecuencia del impacto del explosivo, la víctima "presenta limitación de movilidad en el hombro derecho, puesto que no puede elevar el brazo más allá de 90 grados", así como estrés postraumático.
El accidente en cuestión se produjo sobre las 13,30 horas del 25 de diciembre de 2006, cuando una dotación de la Policía Local se desplazó hacia la citada vía después de que se produjera un fuerte estruendo y se oyeran gritos de auxilio.
Al llegar al lugar del suceso, los agentes encontraron a la mujer herida y dieron aviso al servicio de emergencias sanitarias 061, cuyos facultativos trasladaron a la accidentada al hospital Virgen del Rocío con fractura abierta de húmero y pérdida de masa muscular en la extremidad afectada.
La colaboración ciudadana fue fundamental para que la Policía contara con las descripciones de los presuntos autores del suceso, así como del vehículo desde el que lanzaron el artefacto y en el que se dieron a la fuga los jóvenes, de 23 y 25 años.
Pocos minutos antes de las 14,00 horas, la Policía Local, después de establecer un dispositivo en la barriada de Nervión, detuvo a dos individuos cuando éstos se disponían a entrar con un automóvil en un garaje de la avenida Ramón y Cajal. A los jóvenes se les requisaron siete cohetes de la misma clase que el explosionado.
María Isabel A.H. fue dada de alta el 3 de enero de 2007 del Hospital Virgen del Rocío, donde incluso tuvo que ser intervenida quirúrgicamente. Asimismo, el impacto del artefacto pirotécnico también le ocasionó lesiones en la cara y otras partes del cuerpo.
