Condenado en dos ocasiones por varias agresiones a menores, Giosué E.B. se enfrenta ahora a los 38 años de prisión que reclama la Fiscalía de Sevilla para este joven de 21 años acusado de cinco delitos de agresión sexual. El presunto agresor está en prisión a la espera de que se celebre el juicio.
Con tan sólo 21 años de edad es un viejo conocido en los juzgados de Sevilla por tratarse de un presunto agresor sexual en serie, cuyas víctimas son todas menores de edad. Niñas que oscilan entre los diez y los 15 años de edad y a las que abordaba cuando éstas se dirigían solas hacia el colegio.
Giosué E.B., nacido en Suiza pero de padres españoles y residente en Los Pajaritos, fue detenido por la Policía Nacional el pasado mes de noviembre como el presunto autor de siete agresiones a menores, tras lo que ingresó en prisión.
Ahora la Fiscalía de Sevilla pide 38 años de cárcel por cinco delitos de agresión sexual a niñas, después de que incluso ya haya sido condenado en dos ocasiones por exhibicionismo y abusos sexuales ante otras menores, la última en marzo.
En esta ocasión, el Ministerio Público le imputa cinco delitos de agresión sexual por los que reclama condenas de 13 años, dos de 10 años y otras de tres y dos años de cárcel, al concurrir en todos los casos la agravante de reincidencia, según informa Efe.
El acusado, que está encarcelado a la espera del juicio que celebrará la Audiencia de Sevilla, fue condenado en marzo a dos años de cárcel por agredir sexualmente a una adolescente de 16 años a la que abordó cuando se dirigía al colegio. Los hechos ocurrieron el 23 de mayo de 2007 cuando, tras asaltar a la chica en la calle Doctor Pedro de Castro, la acorraló a la fuerza en unos matorrales y se masturbó delante de ella.
La menor aprovechó un descuido para darle un codazo y poder huir. Se da la circunstancia de que el joven cometió este delito a los 20 días de haber quedado en libertad, después de haber sido condenado por exhibicionismo ante otras cinco menores, a las que abordaba a la salida del colegio.
Además de actuar siempre a la misma hora, todos los delitos que se imputan al procesado ocurrieron en los barrios de Nervión y El Porvenir, donde Giosué trabajaba como aparcacoches en la calle, con lo que aprovechaba la hora de salida del trabajo para abordar a las menores cuando iban al colegio o cuando caminaban solas por lugares oscuros y poco transitados.
La secuencia de los hechos era también similar. Esperaba a las menores y una vez que tenía a una niña a su alcance, la abordaba amenazándola con un cúter. Así, conseguía llevarla a lugares apartados, donde cometía las agresiones, mientras las acobardaba repitiéndoles que las iba "rajar" si gritaban.
Eso sí, la dureza de sus actos fue aumentando, pues en los primeros casos sólo exhibía su órgano sexual, pero en los últimos realizaba tocamientos a las víctimas y les obligaba a que le masturbaran. Siempre se ocultaba la cara, pero un pendiente en la ceja le delató.
