La Fiscalía de Sevilla ha pedido condenas de dos años de internamiento para dos menores y de 18 meses de libertad vigilada para otros dos, a los que acusa de una "brutal agresión" a otros dos jóvenes con los que se pelearon en la zona de botellona de Viapol.
Los hechos ocurrieron sobre las 2.30 horas del 29 de septiembre de 2007 cuando, según indica la Fiscalía de Menores en su escrito de calificación, los procesados se pelearon, por motivo de una discusión de tráfico, con dos jóvenes. Como consecuencia de la agresión con botellas, patadas y puñetazos, una de las víctimas sufrió la fractura del cúbito y el otro ha quedado con tres cicatrices de 2,5, 2 y 1,5 centímetros en la cara.
El Ministerio Público destaca que los cuatro menores, de 17 años cuando tuvo lugar la agresión, pertenecen a "familias estructuradas" que sin embargo han ejercido un "control escaso" sobre sus hijos, que como consecuencia de ello se relacionan con amigos "de riesgo" y presentan un "deficiente control de sus impulsos". Así, en el juicio que celebrará en las próximas semanas, el fiscal solicitará para la primera víctima una indemnización de 5.560 euros y para la segunda de 8.160 euros, de cuyo pago considera responsables solidarios a los padres.
En cuanto a la agresión, el fiscal señala que durante la pelea uno de los menores propinó un "fuerte cabezazo en la cara" a la víctima y luego tomó del suelo una botella y le siguió golpeando en la cabeza. El agredido intentó huir, pero fue alcanzado por los cuatro acusados y, el que inicialmente le había dado el cabezazo, siguió propinándole patadas.
En ese momento, llegó al lugar un amigo de la víctima, que "trató de intervenir para evitar que continuara la brutal agresión", pero a su vez fue golpeado por dos de los acusados, mientras el tercero intentó golpearle con una botella en la cabeza. El impacto lo recibió en el brazo derecho y se lo fracturó.
El fiscal concluye que los procesados, pese a pertenecer a "familias normalizadas", han estado encartados en otros expedientes, tienen deficiente control de sus impulsos, se relacionan con amigos "de riesgo" y uno de ellos consume cannabis y alcohol, y ha estado implicado en hechos delictivos.
