Cultura

El flamenco se canta, se baila y también se come

La diseñadora Aurora San José publica las recetas con más arte en Cante y baile en la cocina.

el 29 oct 2010 / 17:40 h.

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Aurora San José, con su libro y fondo flamenco.

Cogemos un poco de cante y baile, le añadimos un poco de pintura contemporánea y removemos bien, con solera, hasta dejarlo en su punto. Éstos son los ingredientes que ha utilizado Aurora San José para elaborar su libro de recetas Cante y baile en la cocina (Absalon Ediciones). En este libro se reúnen las mejores recetas de 29 grandes figuras del cante y el baile flamencos, que han colaborado de forma desinteresada en la obra. “Esta idea surge de mi amor por el flamenco”, explica la autora. Pero no son recetas normales, sino “aflamencadas”, con comentarios personales de cada ‘artista-chef’ y que proceden de la intimidad de cada uno, como los huevos fritos de Mumá Maía de José Mercé o las poleás de sabores de la bailaora Sara Baras.

Hasta casi cien recetas ha conseguido reunir Aurora San José entre primeros platos, segundos y postres deliciosos, todo con un inconfundible sabor flamenco. Aunque ella pertenece al mundo de la moda y el diseño, el flamenco ya corría por sus venas en su Guadalajara natal.

“He notado que les gusta mucho el cuchareo y todo lo que sea comida tradicional”, comenta. Se puede preparar todo tipo de guisos, arroces y pescaíto con nombres más que apetecibles y dictados por artistas de la talla de Farruquito, El Lebrijano o Antonio Canales.

En todas sus conversaciones con los artistas que componen este libro, la autora confiesa que uno de los más cocineros es el cantaor Calixto Sánchez. “Los demás son más comedores”, bromea. Otros han dado recetas de platos y postres de sus madres e incluso de sus abuelas, rememorando así su niñez a través del paladar. A medida que ha ido recibiendo las recetas, la autora ha ido poniéndolas en práctica y se decanta, sobre todo, por las originales manzanas al cocacola de Matilde Coral.

Cada una de las recetas se abre con una biografía de cada artista. Las páginas se completan con las ilustraciones coloristas del pintor figurativo catalán Jordi Rollán, cerrando así el triángulo artístico entre flamenco, pintura y cocina. “También lo hago para aportar mi granito y ayudar al flamenco, que mundialmente aún no tiene su sitio y debería de ser patrimonio universal”, confiesa la escritora.

El arte de la brocha, las palmas, el taconeo y los fogones se unen para hacerles la boca agua a todos sus lectores.

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