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'El fracaso escolar no tiene que ver con los modelos de familia'

El profesor de Psiquiatría de la Universidad de Nueva York acaba de editar el libro 'Convivir. El laberinto de las relaciones de pareja, familiares y laborales'. «Un manual para que el lector mejore sus relaciones», asegura. (Foto: Gregorio Barrera)

el 15 sep 2009 / 00:55 h.

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El profesor de Psiquiatría de la Universidad de Nueva York acaba de editar el libro 'Convivir. El laberinto de las relaciones de pareja, familiares y laborales'. «Un manual para que el lector mejore sus relaciones», asegura.

Estamos en elecciones. ¿Con cuántos modelos de familia se puede convivir?

-La familia es la unidad esencial de la sociedad. No desaparece, pero sí cambia. Los sociólogos ven que los modelos de familia se están reduciendo y migran más, suelen vivir en distintas sociedades. Y ya no tienen ocho hijos para que sobrevivan cuatro o cinco. O no tienen hijos, o se conforman con uno o dos. También están aumentando los matrimonios mayores, en los que los padres traen hijos a la familia. Y parejas del mismo sexo que conviven, se casan, adoptan o deciden tener hijos.

-¿Cómo están cambiando las relaciones de pareja?

-De momento, la relación de pareja es la base para tener hijos. Viven razonablemente bien. No obstante, en el libro se tratan los conflictos más comunes porque nadie va al psiquiatra para decir lo bien que se siente.

-¿Cuáles son los problemas más frecuentes que llegan a la consulta y se reflejan en el libro?

-La idealización de las relaciones, de forma que las expectativas son prácticamente imposibles de alcanzar. Me refiero al amor perfecto, la comprensión absoluta, la actividad sexual incansable o la igualdad perfecta. Como también es cargar al amor de la pareja toda la responsabilidad de la felicidad de uno mismo. La felicidad no está en las relaciones, aunque sea una fuente importante de satisfacción en la vida. También falta comunicación y adaptación a los cambios que llegan con la edad.

-Un informe andaluz vincula el fracaso escolar a los diversos modelos de familias. ¿Es así?

-El problema son las familias disfuncionales, las que tienen problemas y, por ello, el niño no recibe la atención, la dirección y la asistencia adecuadas para crecer saludablemente. Así que el fracaso escolar no tiene que ver con el modelo de familia, sino con la calidad de la atención. Hay madres que educan a sus hijos solos y crecen con normalidad. Y madres y padres que se llevan como el perro y el gato y que, por muy tradicionales que sean, son ejemplos de violencia verbal o física, humillación y falta de respeto.

-¿Y qué queda del papel del abuelo? Muchos cuidan hoy de sus nietos como si fueran sus padres.

-Es cierto. Pero el que la abuela se convierta en la madre es muy positivo, siempre que lo haga con afecto y ganas. El problema es cuando los hijos se aprovechan de la abuela, y ella lo siente así. Si el niño recibe cariño, seguridad y estímulo, todo sale bien. Pero si no existe afecto o hay maltrato, el niño va a tener que superar en su vida el reto de sentirse abandonado.

-También habla en su libro de la alergia a la intimidad.

-Sí, son personas que tienen dificultades para adoptar y disfrutar de la intimidad y la cercanía con otras personas. Esto les genera ansiedad, inseguridad, rechazo a parejas por miedo a atarse y sufrir después la pérdida o la ruptura, o bien temen ser controlados por ésta. Suelen acumular experiencias negativas de otra relación.

-¿Y sería negativo que hombres y las mujeres convivieran debajo de un paso? Se lo pregunto porque es sevillano y la Semana Santa está próxima...

-Desde luego, si yo fuera costalero, me encantaría tener una mujer al lado [ríe]. La diversidad alegra la vida. La sociedad admitirá cuadrillas mixtas. Es cuestión de tiempo. Todo cambia. Cuando yo salía de nazareno en El Baratillo sólo dejaban a los hombres. Y ya salen mujeres. Las cuadrillas mixtas serán dentro de un tiempo algo normal, positivo y emocionante, por el poder compartir la experiencia.

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