Economía

El frenazo económico saca una inmensa bolsa de pisos para alquilar en las costas

Hay más que nunca. Pisos antiguos y de nueva construcción, con carteles de se alquila en la costa, por meses, quincenas, semanas o días durante el verano. El frenazo económico obliga a obtener, así, ingresos extra, y la patronal CEA advierte de una "inmensa bolsa" de apartamentos. Economía sumergida.

el 15 sep 2009 / 07:53 h.

Hay más que nunca. Pisos antiguos y de nueva construcción, con carteles de se alquila en la costa, por meses, quincenas, semanas o días durante el verano. El frenazo económico obliga a obtener, así, ingresos extra, y la patronal CEA advierte de una "inmensa bolsa" de apartamentos. Economía sumergida.

Torre del Mar, Málaga, primer fin de semana de este julio. Carteles de apartamentos en alquiler salpican los edificios de aquí, también de allá, y acullá. De uno de ellos, ubicado en una de las bocacalles del Paseo Marítimo, sale Carmen, madrileña, viuda, blusón blanco y rojo, del Athletic, y hamaca a juego, y enseña un piso de dos habitaciones, con todos sus avíos resumidos en cuarenta metros cuadrados. "Sólo lo arriendo por quincenas o meses completos de agosto y septiembre.

Los dinerillos [comenta que entre 3.600 y 4.000 euros] que obtengo así me permiten mantenerlo durante el año y bajar de vez en cuando desde Madrid, y ahora más con el AVE. Pero estoy intranquila. A estas alturas, ya debería tener inquilinos asegurados".

Sea por el frenazo económico, sea por la hipoteca que asfixia, lo cierto y verdad es que este verano existe más oferta de arrendamiento de apartamentos particulares en la costa andaluza que en pasados, pero también más demanda, de ahí que proliferen como setas los portales de internet dedicados a anunciarlos, unos simplemente cobran por colocar el reclamo publicitario, otros, pertenecientes a inmobiliarias, gestionan también la operación.

Pero datos oficiales, ninguno. No están registrados en la Consejería andaluza de Turismo, sino que son meros contratos (la mayoría de las veces, ni tan siquiera por escrito) entre particulares, y que incluso quedan a la sombra de la economía sumergida (no se declaran, pues, como ingresos en el IRPF).

No en vano, un informe del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, Gestha, y que resulta de cruzar datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y de la Agencia Tributaria, calcula que al menos dos tercios de los alquileres de viviendas de provincias costeras "no son declarados", con un fraude fiscal que ronda en España los 1.200 millones de euros. La vinculación con las residencias vacacionales, dice, es lógica. Cataluña, agrega, es la primera comunidad en dinero negro, seguida de Andalucía, para la que cifra un volumen de 180 millones de euros, con Málaga a la cabeza, seguida de Huelva y Cádiz.

Juan Carlos Parejo es directivo de playacostaluz.com. Lo que los ojos constatan, esa mayor abundancia de edificios espolvoreados de anaranjados letreros, lo atestigua su empresa. "Sí, este año existe más oferta, pero también más demanda. En lo primero influyen, creo, la desaceleración económica, la necesidad de recurrir a ingresos extra para pagar las cuotas hipotecarias de la vivienda particular y, por último, la masiva compra, vía créditos, de segundas residencias en la costa. En lo segundo, que cada vez hay más webs con anuncios y también que el bolsillo aprieta y quienes antes iban de hotel, ahora se lo piensan antes dos y tres veces".

Su experiencia le avala para aseverar que los antiguos arrendamientos por largas temporadas vacacionales prácticamente se han terminado, por meses cada vez son menos y, en cambio, priman las estancias por quincenas y, sobre todo, por semanas.

Estas dos últimas modalidades -que llevadas al extremo las hay hasta por días sueltos- no suelen gustar a los propietarios, toda vez que acarrean menos seguridad, y más "engorro" a la hora de cuadrar todo el periodo estival. "No obstante, la tendencia es ésa, por semanas sueltas, porque las vacaciones se acortan y, además, donde caben cuatro [personas], al final son diez", comenta Parejo.

"Tan inmensa es ahora la bolsa de pisos turísticos en alquiler ilegales que superan, incluso, a los apartamentos legales, y quizás a las plazas hoteleras". Quien así habla es Miguel Sánchez, presidente del Consejo de Turismo de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA).

No concreta cifras, pero Sánchez relata un episodio de espionaje. En efecto, tras vigilar a dos autocares de tour operadores que traían a extranjeros, siete de cada diez fueron alojados en apartamentos no registrados para actividades turísticas, y en estas fechas, las veraniegas, "es algo escandaloso".

El representante de la CEA, asimismo, dice haber constatado un aumento de la oferta de pisos en alquiler, y no duda, también, en achacarlo a la actual coyuntura económica, proclive a cosechar ingresos adicionales. "Y tal tendencia nos preocupa tremendamente, al suponer para nosotros, el sector reglado, una competencia desleal y un fraude a las arcas de Hacienda, puesto que la mayoría [de los arrendamientos] no tiene siquiera contrato mercantil y no se declara [al Fisco]".

Está el piso de siempre, el usado, aunque también el de nueva construcción. Expertos inmobiliarios señalan, en este sentido, que gran parte de los apartamentos de costa atañe a los comprados como mera inversión en las épocas buenas del ladrillo.

Es el caso de Eva, que gestionó para su hermano, reputado futbolista sevillano de Segunda División, un piso en Islantilla, Huelva, que alquila durante el verano y disfruta el resto del año. Y en no pocos casos, pagar el capricho de una segunda residencia -con hipotecas no acogidas a los beneficios fiscales que sí amparan a las suscritas para la vivienda habitual- se hace cuesta arriba. "Nosotros, con la renta de julio, agosto y septiembre, cubrimos la cuota anual del préstamo", relata Eva.

¿Y cómo combatir este tipo de economía sumergida? El sindicato Gestha aboga por mayor inspección, mientras que desde la patronal CEA instan a la Junta de Andalucía a actuar y vigilar, "pues el crecimiento de ese año es ya alarmante".

Al preguntarle a Carmen, la madrileña de Torre del Mar, cara de póquer. "Yo siempre hago contrato". Un par de folios mecanografiados, firme aquí, yo lo hago aquí, tome las llaves, tráigalas, que sea grata la estancia.

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