"Es un mal año... Malo no, muy malo". Las cifras obligan a la confesión a la consejera de Medio Ambiente: 2009 está siendo durísimo para el monte andaluz, donde se han quemado en nueve meses cuatro veces más hectáreas que en todo el pasado año y se ha duplicado la media de la década. El exceso de matorral y el calor son las causas de este incremento.
La estadística confirma una tendencia que se estaba sintiendo en el monte en los últimos meses: 500 hectáreas calcinadas en Tarifa (Cádiz), 7.000 más en Mojácar y Turre (Almería), la oposición reclamando a la consejera que compareciera en el Parlamento en pleno julio... "Está siendo un año duro y sobre todo el verano ha sido muy malo, con unos ocho o diez incendios de media diaria en cada provincia", reconoce la titular andaluza de Medio Ambiente, Cinta Castillo.
Entre el 1 de enero y el 14 de septiembre de 2009, en Andalucía se han registrado 803 incendios que han arrasado 12.277,5 hectáreas de monte. Casi el 77% de los fuegos no ha pasado de conato (un total de 617), esto es, la superficie quemada ha sido menor de una hectárea, y otros 186 (un 23,2%) alcanzan la categoría de incendio propiamente dicha. Huelva, con 151 intervenciones del dispositivo del Infoca, es la provincia que más incendios ha registrado, mientras que en el lado opuesto se sitúa Málaga, con 69 incidencias. Por superficie calcinada la que peor parada ha salido es Almería, con 9.013 hectáreas quemadas frente a las 93,7 de Córdoba, donde menos suelo ha quedado dañado.
Esta radiografía sitúa al presente año como el más virulento en materia de incendios forestales del último lustro y el segundo peor de la década, sólo superado por las 43.000 hectáreas quemadas en todo 2004, el año trágico en el que, sólo en el fuego de Riotinto (Huelva), las llamas arrasaron más de 30.000 y acabaron con la vida de dos personas. Entre enero y septiembre de este año prácticamente se ha duplicado la media histórica de los últimos 10 años en Andalucía, cifrada en unas 7.300 hectáreas según la agencia Efe. Aún más dura resulta la comparación con los datos de 2008, un año inusualmente tranquilo, con unas 3.000 hectáreas quemadas, una cifra que, a falta de tres meses para cerrar el ejercicio de 2009, ya es cuatro veces superior.
La consejera trata de amortiguar la dureza de estos datos explicando que el 92,3% del suelo afectado (11.334,32 hectáreas) corresponde a matorral y el resto (7,7%, 943,18 hectáreas), a zonas de arbolado. "No es que el matorral no sea importante, forma parte de los ecosistemas y es valioso, cualquier incendio supone pérdida y destrucción, pero el matorral se regenera de una forma más rápida y no hay especies en vías de extinción, no están protegidas, y en cualquier tarea de prevención tendrían que quitarse", afirma. ¿Eso quiere decir que el monte no ha estado suficientemente limpio de cara al verano, como denuncian WWF y Ecologistas en Acción? Castillo lo niega: "Tenemos el monte absolutamente limpio. El Plan Infoca tiene a 4.800 personas trabajando, invierte cada año casi 200 millones y el 60% de ellos se gasta en prevención. Cumplimos con nuestra labor de limpieza, sí, pero recuerdo que también los particulares tienen la obligación de tener el monte absolutamente limpio", defiende.
El principal partido de la oposición, el PP, entiende, por contra, que la prevención del Infoca ha sido "ineficaz", pese a que ya el dispositivo no es estacional sino que trabaja durante todo el año. Su portavoz ambiental, Carolina González Vigo, ha sostenido en el Parlamento que la Junta "sólo ha actuado de forma preventiva sobre 18.000 hectáreas forestales de las casi cinco millones que tiene Andalucía", lo que supone un "peligro en potencia" para el monte. Medio Ambiente es titular del 30% de ese suelo, con lo que debería gestionar 1,39 millones de hectáreas de monte; el resto, el 70% del espacio forestal, es de titularidad privada. El PP sostiene que, pese a que los particulares tienen también que cumplir con sus deberes, "la Junta sólo atiende al 0,38% del territorio que debería".
La consejera insiste en que el Plan Infoca es "eficiente", en que "se organiza muy bien" y en que debe seguir en la línea de trabajo actual. Sin embargo, con los ojos puestos en los "austeros" presupuestos de 2010, le surge la duda de si mermará la inversión actual. "Veremos, a ver si la podemos mantener", apuntó.
Castillo ha negado la mayor desde inicios del verano y también cuando, a finales del mes de julio, tuvo que comparecer en comisión en el Parlamento para explicar la ola de incendios que sufría la comunidad. Siempre ha sostenido que la prevención del Infoca es "adecuada" y que son otros los motivos que llevan a que el monte arda. Pasado el verano, afirma que son dos las causas fundamentales. La primera es que "ha habido unas precipitaciones afortunadísimas en otoño pasado y primavera, que siempre vienen muy bien", lo que ha hecho que crezca mucho el pasto y haya mucho matorral y mucho combustible en el campo.
La segunda es que a esa masa seca lista para arder se han sumado temperaturas "muy elevadas, de más de 40 grados, sostenidas durante dos, tres, cuatro días y acompañadas de vientos de hasta 80 kilómetros por hora, como sucedió en Mojácar y Tarifa". Ese cóctel "peligroso" de combustible, calor y viento hizo que los incendios "fuesen más difíciles de controlar y la superficie afectada creciese".
Desde Medio Ambiente reconocen que se han vivido días "críticos" este verano, sobre todo en julio, y que sin ayuda externa el drama hubiera sido mucho mayor. "Si no hubiese sido por la Unidad Militar de Emergencias, por la ayuda de otras comunidades y por los medios aéreos del Ministerio de Medio Ambiente, no hubiésemos podido evitar una catástrofe mayor, una catástrofe que tenía todas las posibilidades de crecer porque las circunstancias a las que nos enfrentábamos eran insalvables. Esa colaboración ha sido esencial", concluye la consejera.