Deportes

El fútbol a las cinco y los rivales a cinco

El beticismo volvió a ver a su equipo en su estadio a las cinco de la tarde, dos años y dos meses después de la última vez.

el 13 may 2013 / 00:04 h.

Nosa pugna con Jonathan Vila / Marcamedia Nosa pugna con Jonathan Vila / Marcamedia El beticismo volvió a ver a su equipo en su estadio a las cinco de la tarde, dos años y dos meses después de la última vez. Aquel encuentro fue en Segunda y el rival era la UD Las Palmas, el equipo donde se crio Rubén Castro, que marcó aquella tarde y volvió a marcar ayer, para variar. El fútbol, por tanto, recuperó su horario de toda la vida, así que el Betis pudo decir aquello de ‘dejad que los niños se acerquen a mí’. Y tanto que se acercaron. Sólo en la fotografía del once titular posaron más de cincuenta junto a los hombres que luego vencieron al Celta para colocarse en el control de equipajes de la frontera con Europa. Tanta infantería había que Rubén Castro y Amaya llegaron tarde a la otra foto, la del equipo. Y Oubiña esperando junto al cuarteto arbitral... El fútbol es un deporte de hombres, pero desde hace muchos años también lo es de mujeres y siempre lo ha sido de los niños, mal que les pese a las televisiones y a Javier Tebas, que ya elegido presidente de la Liga ha tardado poco en descubrir su verdadero rostro. Delante de miles de niños, el Betis sufrió como si el ansiado horario normal fuese un castigo más que una bendición. Algo de lógica tuvo el padecimiento, porque han esperado a mayo, que en Sevilla es el primer mes oficioso del verano, para asignarle un encuentro a las cinco de la tarde. Beñat fue una de las muchas víctimas del sol y el bochorno. El vasco, que está pero no está, se topó en esta ocasión con una coyuntura inédita para él: después de alguna de sus nueve pérdidas o de alguna de las faltas directas que tan mal lanzó, el público le dedicó una buena tanda de silbidos. Que continúe poniéndose la camiseta del Betis cuando pase el verano es un misterio aún por resolver, pero su bajón es patente hasta para quienes más lo idolatran y el próximo lunes se cumple una vuelta desde su último gol. Su cotización disminuye a la misma velocidad que su trascendencia en el juego del Betis y en Heliópolis tiemblan por lo que pueda pasar. Beñat y niños aparte, el Betis está a tres metros de cruzar la barrera que se le resiste desde 2006. Faltan nueve puntos y su renta es de cinco. En condiciones normales, Europa espera. Falta saber si los hombres de Mel tendrán la fuerza necesaria para dar esos últimos pasos.

  • 1