Los niños pequeños no tienen paciencia ¿Y quién la tiene después de casi dos horas de espera dentro de una iglesia, vestido de monaguillo, con una cestita llena de caramelos y con ganas de salir corriendo a la calle? Tierna imagen que un año más se repitió ayer en la parroquia de San Lorenzo, algunas lágrimas, algunas carreras, risas, llantos, pañales, lazos... El futuro eterno de una hermandad llena de gente joven, y no tanto, de familias enteras, padres, hijos, hermanos, tíos, primos. Por eso a nadie le pudo extrañar que antes de la salida se pidiera desde el altar una oración por la familia, por todos los tipos de familias, por las de Bielorrusia, y por las que acogen a niños bielorrusos, por las nuevas familias, de todo tipo, para que en todas prime el amor... Bellas palabras para iniciar una estación de penitencia ejemplar.
En San Lorenzo, la plaza llena, como siempre, como ya estaba desde una hora y media antes, con dos filas, la que iba al besamanos del Gran Poder y los que se apostaban en las vallas para esperar a Jesús ante Anás y a su dulcísima Madre. Aunque muchos repitieron en ambas.
Puntualidad. Los hermanos parecen llegar antes, como con prisas, para quitarse pronto el mal gusto que aún queda del año pasado. Se han repartido 1.100 papeletas de sitio, aunque "faltan muchos", señala un diputado de tramo. Los pasos frente a la puerta y a la hora en punto, ni un minuto, antes de las 20.25 se abren las puertas.
Flashes y aplausos recibieron a la cruz de guía y pocos minutos después al primero de los pasos. Los hermanos Santiago que mandan a los dos pasos dan las primeras instrucciones: "A ver si puede ser que salgamos reposaítos", no se sabe muy bien si por hacerlo con suavidad y elegancia, como bien hizo, o porque no tuvieran que entrar y salir como hicieron por dos veces la pasada Semana Santa de 2007, de triste recuerdo. Breve saludo al Señor de Sevilla y salida hacia Cardenal Spínola.
Cientos de nazarenos después se mueve el paso de la Virgen del Dulce Nombre, La Gracia de Sevilla bajo palio, que bautizara Rodríguez Buzón y que ha dado nombre a la marcha estrenada ayer a su salida. Ya en la calle, el paso dio una revirá completa para verse de cara con el Gran Poder que se vislumbraba en su templo. Un hasta luego a la plaza y un derroche de claveles para entregar a Sevilla.
