Un chavalillo de apenas nueve o diez años se acerca a la mesa con un respeto casi reverencial y, con un esfuerzo que no le borra la sonrisa, pregunta en inglés al señor del otro lado si podría regalarle un autógrafo. No es para menos: ese señor de cráneo despejado y barba cana es una verdadera leyenda viva del cómic mundial, el guionista de Uncanny X-Men durante 16 años, autor del mítico episodio de Wolverine en Japón y el creador y perfilador de un sinfín de personajes del universo Marvel. Alguien que ha hecho más por la difusión de la lectura entre los adolescentes que miles de programas didácticos oficiales. Es mister Chris Claremont.
Su paso por Sevilla se debe al recién clausurado XII Encuentro del Cómic y la Ilustración, una cita en el escritor londinense ha coincidido con grandes del dibujo como Carlos Pacheco, Eduardo Alpuente, Diego Galindo, Roger Bonet, Eduardo Alpuente o Alfonso Azpiri, todos los cuales atraían ayer hasta el Casino de la Exposición a una multitud de jóvenes -y no tan jóvenes- poseídos por la pasión de la viñeta.
Autor también de novelas de ciencia ficción -destaca su trilogía del piloto estelar Nicole Shea y sus Chronicles of the Shadow War junto a George Lucas-, Claremont no cree que llegue a tener nunca la consideración de la literatura oficial, y no digamos del cine. "Todo el mundo conoce a J.K. Rowling, y a Frank Miller porque hace sus propios filmes, pero los demás no somos más que nombres en los créditos de las películas. Hay muchos guionistas de cómic que están intentando entrar en el negocio del cine, y puede que el panorama cambie mucho en los próximos años. Pero será que yo vivo en la Costa Este de Estados Unidos, y las películas se hacen en la Costa Oeste, que mi conexión con el cine no es muy fluida", explica.
¿No les basta a los lectores con las historias de papel, que siempre quieren ver a sus superhéroes trasladados a la pantalla? Claremont siente que es una materia fuera de su alcance. "Con las películas alcanzas una audiencia global, un público más amplio. Sin embargo, la mayor parte de las veces los creadores del material original no están involucrados, el director tiene una visión concreta y construye la película en función de ésta. Tú estás disponible, pero sin voz ni voto".
Sobre el futuro del cómic en la era digital, está convencido de que "es tan predecible como el de los libros. Siento fascinación por el trabajo digital, si bien creo que el desafío será cómo mantener a raya las descargas, cómo ganar dinero con ellas y cómo satisfacer a los lectores que siguen queriendo tener un producto permanente, un libro que poner en sus estanterías, en lugar de un montón de imágenes en un i-pod", explica. "Otro reto es el del tamaño. Porque el i-pod es muy pequeño, no puedes encajar una página en la pantalla. ¿Cambiamos la manera de visualizar las imágenes? ¿Contamos las historias viñeta por viñeta, en lugar de página por página? ¿O buscamos un formato más grande, como un e-book? Los próximos años pueden ser en este sentido muy frustrantes, pero también muy excitantes, sin duda", apostilla.