El futuro PSOE se encomienda a Susana Díaz

Sin quererlo, la presidenta andaluza se ha colado en la terna de las primarias para elegir al candidato a las generales. Su discurso enérgico reanima al partido y hay barones que la sitúan como favorita para suceder a Rubalcaba

el 10 nov 2013 / 21:56 h.

CONFERENCIA POLÍTICA DEL PSOESusana Díaz todavía no es secretaria general de los socialistas andaluces, pero el partido ha querido que sea ella quien personifique el renacer de la marca PSOE. Su discurso enérgico, directo y autocrítico en la conferencia política de este fin de semana no sólo sirvió para reanimar el cuerpo inerte del partido (dos años noqueado desde que fue aplastado por el PP en las elecciones generales de 2011). La presidenta andaluza capitaneó mejor que nadie esa ilusión con la que el PSOE aspira a volver al terreno de juego y, sin quererlo, su nombre se coló en la terna de las primarias para elegir al próximo candidato socialista a las generales. Este fin de semana Díaz ha tenido tanta proyección interna y externa que sus compañeros, militantes de base, altos cuadros y algún barón regional, ya piensan en ella como sucesora de Alfredo Pérez Rubalcaba. Díaz, a quien ya empiezan a llamar “la baronesa”, es una “joven con brío que transmite el entusiasmo que necesitamos”, dijo ayer el secretario general del PSOE de Aragón. Cuando se le ha planteado esta hipótesis, ella ha negado con la cabeza, garantizando que su futuro inminente está en Andalucía. Pero esta posibilidad ha adquirido otra dimensión después del cónclave socialista. No es casual que el aparato orgánico haya dado tanto protagonismo a la presidenta de la Junta. El PSOE-A, la federación más numerosa, ha ejercido su influencia para que el efecto Díaz quedara patente. La presidenta andaluza fue la primera voz en el escenario en reclamar al partido que vuelva a ocupar el espacio que la sociedad demanda, para que los ciudadanos no tengan que “refugiarse en mareas y plataformas”. Su discurso condicionó de algún modo el de Rubalcaba, que en la clausura de ayer volvió sobre las palabras de Díaz. “Hay que estar ahí”, dijo. Díaz es presidenta regional desde hace sólo dos meses y hasta dentro de dos semanas no será elegida secretaria general del PSOE-andaluz. En tan breve tiempo no ha perdido la oportunidad de marcarle los ritmos al partido a nivel federal y hay dos ejemplos significativos que lo demuestran: la primera vez que Díaz mostró un perfil propio fue al hacer valer su influencia en Ferraz –sede del PSOE federal– para que los diputados socialistas en el Congreso pasaran de la abstención al sí durante la votación de la moción presentada por UPyD contraria al derecho a decidir. Aquel episodio abrió una brecha con el PSC y reavivó el debate sobre si los socialistas catalanes se escindirían para abandonar las siglas del PSOE. Pero fue la propia Díaz, el sábado, quien hizo un llamamiento a la unidad y confirmó que el partido necesita al PSC dentro y no fuera. El segundo ejemplo del poder orgánico que la presidenta andaluza ejerce en Madrid ha tenido lugar en el cónclave: Díaz ha apoyado a Rubalcaba para que el debate de las primarias (el calendario y los aspirantes) no cobrara un protagonismo explícito, y para ello ha tenido que frenar en seco a algunos barones regionales que exigían adelantar el debate. Rubalcaba quería que la conferencia política se centrara en propuestas y proyectos, buscaba exhibir contenido programático de peso para rellenar de significado una idea que llevan repitiendo desde hace dos años, sin que haya terminado de cuajar: la renovación del PSOE, la recuperación de la base social, el regreso a los orígenes de la izquierda. En este punto, Díaz ha sido aliada de Rubalcaba, postergando el debate de las primarias hasta el comité federal del mes que viene, en el que se decidirá la fecha y el reglamento para elegir al próximo candidato del PSOE a las elecciones legislativas. El vicesecretario general de los socialistas andaluces, Mario Jiménez, se reafirmó en que Díaz “marca un tiempo nuevo para que el PSOE sea referencia y guía para el futuro”. El Gobierno andaluz, que comparten con IU, es banco de pruebas y ejemplo de que “se puede gestionar la crisis sin violentar con los recortes del PP”. La propia presidenta andaluza dijo ayer que espera que el PSOE recupere “las ganas de ser un partido útil para la ciudadanía”.

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