Economía

El G-20 pacta criterios para detectar las crisis

China consigue excluir los tipos de cambio reales.

el 19 feb 2011 / 20:51 h.

Christine Lagarde conversa con Timothy Geithner.

Los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-20 reunidos ayer en París alcanzaron un compromiso para la creación de indicadores que midan los desequilibrios financieros, según anunció la ministra de Economía y Finanzas francesa, Christine Lagarde.

"No ha sido simple y obviamente había intereses divergentes, pero hemos logrado alcanzar un compromiso sobre un texto", declaró Lagarde. La ministra, que presidió el encuentro de París, señaló que entre los indicadores se incluyen deuda y déficit, ahorros e inversión, la balanza comercial y las cuentas corrientes.

Lagarde explicó que estos indicadores no son objetivos de obligado cumplimiento, pero sí permitirán elaborar una serie de directrices para coordinar las políticas y reducir las distorsiones y, posteriormente, entrar en un proceso de evaluación mutua.

El comunicado del G-20 informó de un acuerdo de los ministros de cooperación para fortalecer el sistema monetario internacional de cara a prevenir fluctuaciones en el flujo de capital y movimientos desordenados en los tipos de cambio.

China se había opuesto a las propuestas de utilizar tipos de cambio reales y reservas de divisas para evaluar los desequilibrios y la ministra no hizo mención de estos elementos como indicadores por sí mismos. "Las reservas se han quitado", reconoció.

Sin embargo, Lagarde destacó que el acuerdo supone un avance significativo para mejorar la coordinación de las políticas económicas a nivel mundial y evitar una nueva crisis.
"Las negociaciones han sido francas, a veces tensas, y han permitido un compromiso final que no podemos atribuir a una sola delegación, pero puedo decir que representa el espíritu de compromiso y la ambición", aseguró en rueda de prensa.

Tras el anuncio, el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, insistió en señalar a China por tener un a moneda "sustancialmente infravalorada" y aseguró que las últimas reformas introducidas en junio por Pekín no han provocado un revalorización significativa del yuan.

"Hay un amplio consenso sobre que las grandes economías, no sólo Europa, Japón y Estados Unidos, sino también las grandes economías emergentes, deben permitir que sus tipos de cambio se ajusten en respuesta a las fuerzas del mercado", declaró.

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