Señora, ¿qué le parece la fiesta?
-Muy bien, hija. Una al mes como esta es lo que haría falta.
Los habitantes de El Garrobo, en plena celebración, todavía no daban crédito. Su pueblo había salido en los telediarios, un cámara de televisión andaba por allí grabándolo todo y había venido gente de fuera, "hasta de Sevilla". La plaza del pueblo se había llenado de luces rojas, la fuente, de niños correteando, porque estaba vacía, y las barras que habían sacado a la calle, de gente, que para eso regalaban mojitos.
El alcalde, Bernardo Alcón, "muy orgulloso", empezaba ya a creerse que aquello no era una broma, pero admitió que, cuando lo llamaron de Vodafone para proponerle el evento, dijo: "¿Dónde está la cámara oculta?". Y, con el espectáculo que había montado y la mayoría de los 750 vecinos en la calle, una pantalla gigante y un dj, sólo podía decir que aquello era "el no va más".
Vodafone organizó la presentación del iPhone 4 en El Garrobo para demostrar que en el pueblo, como en otros de 700 a 1.000 habitantes, se puede disfrutar de la red 3G y de una buena cobertura. También para poner de manifiesto, según el director territorial de particulares, Vicente Benítez, que el aparatito "no es sólo un privilegio de las grandes ciudades". A pesar de que, si los algarrobeños quieren comprarlo, tienen que salir del pueblo porque allí no hay tienda Vodafone; y de que algún señor insistía en que "aquí no hay buena cobertura".
A las 23:30 se fue animando el ambiente. Quedaba media hora para la presentación en España del iPhone 4, aunque algunos privilegiados de la empresa ya lo tenían en sus manos. Poco faltaba para que lo tuvieran algunos más. En el pueblo había cinco móviles, tres para sortearlos y dos para regalarlos. La urna del sorteo estaba a rebosar: tenía unas 750 papeletas, las mismas que habitantes hay en El Garrobo. "Pero vamos, que si no me toca, no me lo pienso comprar, que no está la economía para estos gastos", decía una señora.
A media noche, dos representantes de Vodafone subieron al balcón del Ayuntamiento, acompañados por el alcalde.
"Míralo, ahí está el Nano" decía un vecino refiriéndose a Alcón. No era el momento de discursos formales, con cifras de cuotas de mercado, tarifas y coberturas, así que los asistentes siguieron con su fiesta y sus conversaciones paralelas. Eso sí, si escuchaban la palabra Andalucía, gritaban "¡ole!" y, cuando no había nada a lo que responder, un espontáneo gritó "¡viva la Virgen del Rocío!".
Uno de los primeros dueños de un iPhone 4 en España fue el alcalde, uno de los dos agraciados con el regalo. El otro fue José Luis Portales, de 62 años, al que habían invitado al evento porque es el cliente más antiguo de Andalucía. "Menos mal que ahora me voy de vacaciones y tengo tiempo para aprender cómo funciona esto", dijo al bajar del balcón del Ayuntamiento.
Y llegó el esperado sorteo. Tres niños fueron las manos inocentes. La primera pequeña sacó la papeleta con el nombre de quien la sostenía en brazos, su padre. "Los niños vienen con un pan debajo del brazo", justificó la encargada de verificar las papeletas. "¡Tongo, tongo!", respondió el público. Después, otras dos papeletas y otros dos afortunados que volvieron a sus casas con el iPhone 4.
Y, ya pasada la media noche, siguió la fiesta. Los mayores del lugar apenas se lo creían y en un corrillo, varios señores manifestaban su asombro. "Esto no se ha visto aquí nunca". "A esta hora, aquí no hay ni un carmen". "¡Y yo que no me había enterado hasta que no he visto las calles cortadas esta tarde! Y resulta que ha salido en la tele y todo".
Otros, más jóvenes, dejaban sus comentarios sobre la fiesta en la Red, en Twitter, mientras una pantalla en plena plaza los reproducía al instante.
Y los demás, a disfrutar del momento: "Ha visto ya el iPhone, señora?". "Qué va, hija, yo nada más que veo los mojitos".
