Écija vivió ayer horas de incertidumbre cuando la crecida del río Genil rozó el nivel de desbordamiento: faltó menos de medio metro para que el agua llegara al casco urbano, lo que hizo temer que se repitieran inundaciones como las que el arroyo Argamasilla provocó hace dos años, cuando el centro del municipio quedó completamente anegado causando cuantiosos daños a miles de vecinos y el desalojo de decenas de familias.
El agua llegó a alcanzar a las cinco y media de la tarde los 5,62 metros de altura, llegando a ras de los seis metros que tiene el muro de contención que impide al agua entrar en la zona urbana del municipio, aunque desde ese momento se estabilizó y una hora después el caudal comenzó a bajar, según precisó el concejal de Seguridad Ciudadana, Carlos Onetti, que a última hora de la tarde admitía: "Hemos pasado momentos muy apurados".
En las horas más críticas, cuando el agua todavía estaba subiendo, el Ayuntamiento decretó el Plan de Emergencias para forzar a salir de sus dos viviendas a una veintena de personas que se habían quedado aisladas en la Isla de Vicario, una zona a baja altura de carácter agrícola que sí se vio afectada por la inundación, y de donde los vecinos se negaban a marcharse alegando que el agua no había llegado hasta sus casas.
Ya de noche se anunció que los vecinos iban a ser desalojados, después de que el Ayuntamiento recurriese a la Subdelegación del Gobierno para reclamar la presencia de los grupos subacuáticos de la Guardia Civil, dotados con lanchas y vehículos todoterreno, para evacuarlos. Aunque sus casas no estaban inundadas, el Consistorio insistía en que no podía garantizar su seguridad durante la noche, aunque a última hora la evacuación se pospuso hasta hoy sábado. El propio concejal de Seguridad, acompañado por el alcalde, Ricardo Gil-Toresano (PP), y por Policía, Bomberos y Protección Civil permanecieron en la zona hasta la noche.
El 112 recibió durante el día tres llamadas desde esta pedanía astigitana por anegaciones, junto a otras por agua en las carreteras. El Consistorio trató desde primera hora de la mañana de que los vecinos de la Isla de Vicario se marcharan pero 21 personas, 18 en una vivienda y tres en otra, se negaron, lo que según el alcalde era "necesario" por motivos de seguridad. En esos momentos el agua estaba subiendo tras intensas lluvias que no habían dado tregua desde la noche del jueves.
Gil-Toresano añadió que durante la mañana las lluvias provocaron diversas incidencias en la localidad, afectando a varias calles, por la incapacidad de las alcantarillas de recoger todo el agua. Entre otras incidencias, apuntó al desprendimiento de una cornisa de un edificio y un transformador eléctrico que salió ardiendo. Además, la Policía Local tuvo que restringir el paso hacia los puentes que estaban a punto de desbordarse por temor a que los coches pudieran quedar atrapados.
El alcalde añadió que los daños no habían sido mayores porque el arroyo Argamasilla había sido limpiado "a fondo", además de haberse construido nuevos diques, para evitar que las aguas salieran por las alcantarillas "como en diciembre de 2010 ".
Sin embargo, recordó que la siguiente fase de las obras del desvío del arroyo quedó "interrumpida, dejando un poco abandonada y empantanada la zona", por lo que pidió a la Junta de Andalucía que se retomen, ya que "se ha producido acumulación de maleza y teniendo en cuenta la situación del arroyo, se han realizado obras de limpieza a toda prisa para evitar problemas con las lluvias".
Los Presupuestos de la Junta para 2013 incluyen 20,13 millones de euros para continuar con el encauzamiento del arroyo Argamasilla, paralizado en mayo pasado por una "reorganización presupuestaria". Así, se continuará con el encauzamiento, al que se destinará la mayor inversión prevista en la provincia de Sevilla. También está previsto llevar a cabo las conducciones desde el embalse del Retortillo hasta la estación de tratamiento de aguas potables de Écija, con 11,64 millones.