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El gobierno admite no tener dinero para llevar la Policía a La Ranilla

Asume la decisión de llevar una sede a los bajos del río y responsabiliza a la situación heredada

el 17 jun 2011 / 20:14 h.

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El gobierno local asume la decisión de trasladar una de las tres sedes de la Policía en la Cartuja a los bajos de Marqués de Contadero como un mal menor . Una medida que, según el portavoz Curro Pérez, se tuvo que tomar para dar una solución a los contratos existentes por los edificios propiedad de Detea que no han sido abandonados debido a los problemas de la obra de La Ranilla . "Es una situación heredada. Así se ha hecho el traspaso de poderes", apuntó el delegado quien admitió las dificultades de gestión con las que se encuentra el PP: el nuevo edificio para la Policía no está listo y no hay dinero ni para hacer la mudanza.


"Tenemos que ir entregando parte de la sede porque está en el contrato. Si no lo hacemos, será un incumplimiento del contrato con una penalización. A los bajos de Marqués de Contadero se ha trasladado el almacenamiento y no están afectados los servicios ", explicó Pérez, quien subrayó que "no hay dinero" para el traslado y que las obras de La Ranilla no se han podido finalizar. Pese a esto, a los locales del río, que cuentan con un informe contrario del servicio de Prevención de Riesgos Laborales al existir "un riesgo grave e inminente", no sólo se ha trasladado el almacén. También el servicio de vestuario, la oficina técnica y despachos sindicales ubicados en el edificio conocido como Charli III.
Pérez aseguró que la penalización se comenzaría a pagar ahora si no se empezaban a desalojar las sedes policiales, pero lo cierto es que el Ayuntamiento llevaba meses sin pagar los alquileres que le correspondía a Detea. Las diferencias internas entre las delegaciones de Urbanismo y Patrimonio derivaron en varios meses de impagos y en una deuda acumulada de alrededor de 800.000 euros asumida por intervención, junto a otros pagos pendientes, en la cuenta 413.


Esta deuda corresponde a los tres edificios de la Cartuja, aunque de momento sólo uno se ha desalojado. En los otros dos que todavía están en la Cartuja quedan las propias dependencias de la Jefatura, los despachos de los mandos, Recursos Humanos, la Unidad de Medio Ambiente, la de Motos, la de Gestión de Atestados, la de Intervención Nocturna, la Inspección de Guardia, los grupos de Escoltas, Giralda y Diana, y los talleres.


Todo ello debería ir a La Ranilla, si bien desde que el proyecto de la Jefatura se recortó de un edificio de siete plantas al actual, no se ha informado de cómo quedarán las nuevas dependencias. De hecho, la sala de transmisiones no existe porque tras los cambios -había dos y ahora sólo una- nadie ha explicado a los responsables de la obra qué necesidades tiene que albergar. También habrá problemas con la Academia de Policía -arrinconada en la antigua sede de la junta del distrito Cerro-Amate, en Rochelambert, y actualmente sin funciones ni espacio para dar cursos-, la galería de tiro y los aparcamientos.


La reubicación de las dependencias será así uno de los primeros asuntos para el nuevo delegado de Seguridad, Demetrio Cabello, que ha convocado el martes la primera cita de toma de contacto con los sindicatos.

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