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El Gobierno caduca en solo un año

12 meses después de la última remodelación del Ejecutivo, la crisis vuelve a desgastar el equipo de Zapatero y comienzan las quinielas sobre el cambio tras el semestre europeo.

el 04 abr 2010 / 20:34 h.

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Fue en enero del año pasado cuando este periódico hizo por última vez augurios sobre posibles cambios en el Gobierno. El 7 de abril del mismo año -en plena Semana Santa y dos días después de su ansiada entrevista con Barack Obama- José Luis Rodríguez Zapatero llevó a cabo su séptima remodelación en un intento -según dijo- de darle más peso político para afrontar la crisis.


Entre otros cambios, Pedro Solbes, uno de sus pilares, fue sustituido por Elena Salgado y Manuel Chaves dejó la Junta de Andalucía para asumir una nueva vicepresidencia tercera. Un año después, la misma crisis sigue consumiendo a un Gobierno que está de nuevo a punto de caducar. La economía no se recupera, hay medio millón de parados más que hace un año y los tres últimos barómetros de intención de voto del CIS dan varios puntos de ventaja al PP, de forma que el descontento reflejado en los sondeos, lejos de demostrarse coyuntural, empieza a confirmar una tendencia a la baja de la confianza en los socialistas.


A todo lo anterior hay que añadir la estrategia de oposición de los populares. Su nueva baza es el IVA y no está en sus planes dar tregua. El portavoz del PNV en las comisiones de Justicia e Interior del Congreso, Emilio Olabarria, lo explica bien: "La vocación del PP va a ser siempre sustituir al PSOE en el poder, por eso un pacto es metafísicamente imposible".


Con este panorama, si no se admite a las claras una remodelación del Gobierno a medio plazo, es precisamente porque el presidente se está cuidando de que su decisión no vuelva a filtrarse antes de tiempo -la última reorganización reventó durante un encuentro en Praga con Obama-.


Ya hace varios meses que los rumores van en aumento y cada vez más medios de comunicación ponen nombres y fecha a una octava remodelación. Hay consenso en que podría ocurrir en julio, una vez terminado el semestre europeo, aunque septiembre sería otro buen momento, coincidiendo con la elaboración de las listas para las municipales de 2011 (algún ministro podría ser candidato). Hay varios nombres comunes en las quinielas.


En todas ellas, los únicos ministros que destacan en positivo son Carme Chacón (Defensa) y Alfredo Pérez Rubalcaba (Interior), que incluso han sido nombrados últimamente en algún periódico como posibles sucesores de Zapatero. Junto a ellos está José Blanco, en claro ascenso. Ha dado la vuelta al Ministerio de Fomento como si de un calcetín se tratara y ha asumido labores de negociación que le han llevado a consolidarse como el perfil más político del Gobierno. De moverse de su cargo, sería hacia arriba.


Sobre María Teresa Fernández de la Vega también hay consenso: junto a Pedro Solbes, ha sido durante estos seis años el peso pesado del equipo de Zapatero. Hace varias semanas que es preguntada, día sí y día también, sobre su permanencia en el Ejecutivo, aunque ella se hace de nuevas y asegura que goza de la total confianza del presidente.


Pese a que hay quienes llevan tiempo viéndola en declive, lo cierto es que ha sido la cara y la voz del Ejecutivo durante seis años y el desgaste de su imagen no es más que proporcional a la fuerza con que azota la crisis económica. Pero el mundo político es pequeño y siempre hay alguien que habla demasiado pronto. Esta vez fue el ex ministro de Administraciones Públicas Jordi Sevilla, quien el pasado 16 de marzo adelantó que "incluso"la vicepresidenta ha admitido que "se va".


De la Vega es parte, junto con Salgado, Miguel Ángel Moratinos y Elena Espinosa, del grupo de ministros que permanecen en el Gabinete de Zapatero desde 2004. Moratinos también suena para dejar el Gobierno, si bien no es la primera vez que se baraja su salida y nunca ha llegado a abandonar Exteriores. En cuanto a Salgado, es, junto a Chaves, la ministra peor vista por la oposición. Pero su reciente llegada al cargo -en abril del año pasado- hace poco probable su relevo.


la oposición. En este sentido, el portavoz adjunto de CiU en la Cámara Baja, Pere Macías, ve más cansado a Chaves que a De la Vega, ya que -según él- la vicepresidencia tercera "no sirve para nada". Desde CiU no creen que Zapatero haya logrado dar el perfil político pretendido a su gabinete. "El tono general del Gobierno sigue siendo gris", advierte Macías, y añade que con la marcha de Solbes el Ejecutivo ha perdido capacidad para hacer frente a la crisis. Preguntados al respecto, ni el Grupo Parlamentario del PP ni el del PSOE respondieron. Sí lo hizo el PNV a través de Olabarria:"No veo potencia política suficiente como para afrontar esta crisis tan profunda". Los nacionalistas coinciden en que se echa de menos a Solbes, pero también al propio Jordi Sevilla, e incluso a Jesús Caldera. Olabarria opina que el presidente está incurriendo en cierto "cesarismo" que le hace "desconfiar de personas con perfil político acusado y buscar a gente más complaciente".


Desde CiU, Macías lo tiene claro:"Yo creo que quien está desgastado es el presidente". Pero de eso ya se hablará en 2012.

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