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El Gobierno estudia que un juez obligue a Haidar a alimentarse

Un magistrado y un médico forense acudieron anoche a visitarla.

el 05 dic 2009 / 18:25 h.

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El doctor Domingo Guzmán Pérez confirmó ayer que la activista Haidar se está debilitando.

Mientras las relaciones entre España y Marruecos se tensan, la salud de la activista Aminatu Haidar se deteriora de forma alarmante. El Gobierno estudia cómo evitar que la huelga de hambre que sigue la saharaui cause daños irreversibles en su salud y apunta a la necesidad de que un juez pueda intervenir para obligarle a alimentarse. De hecho, a última hora de ayer, según la edición digital de El País, el titular del juzgado número tres de Lanzarote, Jerónimo Alonso, acompañado de un secretario judicial y de un médico forense, se presentó en el aeropuerto de Lanzarote para examinar a la activista. Poco después la comitiva judicial abandonó el lugar.

Preocupa en el Ejecutivo la salud de Haidar, que ha completado su tercera semana en huelga de hambre, y la delegada del Gobierno en Canarias, Carolina Darias, se ha puesto en contacto con el Gobierno para preguntar si existe algún protocolo que establezca cómo actuar para evitar que muera. Ese protocolo no existe y se señala que sólo un juez podría establecer la alimentación forzosa. El antecedente más conocido en que un juez ordenó alimentar a una persona contra su voluntad fue el del etarra De Juana Chaos, al que en dos ocasiones le fue colocada una sonda nasogástrica.


Darias expresó ayer su "máxima preocupación" por el estado de salud de Haidar, cuya vida ya podría peligrar. Mientras, el Gobierno ha ampliado sus gestiones y está llamando a todas las puertas para intentar buscar una salida -desde el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), hasta Argelia, país en el que se asientan los campamentos de los refugiados saharauis-.

Desde el Gobierno se reconoce que es Marruecos quien tiene en su mano que Haidar vuelva a casa, pero no desdeñan el papel que puede desempeñar Argelia, defensora a ultranza de las reclamaciones saharauis.

El jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, descarta que el Rey Juan Carlos recurra a sus buenas relaciones con el monarca marroquí, Mohamed VI, para intentar una solución al caso, pero sí se ha involucrado personalmente, aunque en un principio dejó todas las gestiones en manos de Miguel Ángel Moratinos. En cualquier caso, el Gobierno considera prioritario velar por la salud de la activista.

Está de acuerdo el presidente del PP, Mariano Rajoy, quien ayer subrayó que lo fundamental es mantenerla alimentada. Rajoy también acusó al Gobierno de haber "tirado la toalla" tras el intento frustrado del sábado de devolver a Haidar a su tierra. Zapatero le contestó que el Gobierno está haciendo todo lo posible para ayudar a la saharaui, "dentro de unos límites" y aseguró que en la solución "debe prevalecer el interés general".

La familia. En este contexto, la activista saharaui reclamó ayer protección para sus hijos y su familia en El Aaiún ante la "agresión permanente" que están sufriendo por parte de la Policía marroquí. La Plataforma de Apoyo Aminatu Haidar denunció que su casa está "permanentemente vigilada por las fuerzas policiales", lo que ha generado "un ambiente de tensión y de verdadera tortura psicológica" sobre la familia de Haidar, sobre todo "con graves consecuencias" para sus hijos Hayad, de 15 años, y Mohamed, de 13 años. Refieren también que a tres periodistas españoles se les ha prohibido tener contacto con la familia de Haidar con el argumento de que los hijos "no tienen autorización para hablar con extranjeros".

Por su parte, la familia de Haidar lanzó un llamamiento desde El Aaiún a las autoridades españolas para que hagan un esfuerzo que permita su vuelta a esta ciudad, donde la esperan preocupados por el deterioro de su salud. Perdida la confianza en que Marruecos acepte su entrada, su hermana Leila Haidar instó a que "el Gobierno español se esfuerce para que Aminatu regrese con sus hijos". El rostro de preocupación de Leila fue fiel reflejo del estado de ánimo por el que pasa la familia de Haidar.

 

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