El Gobierno no quiere más comunicados de ETA sino que la banda terrorista abandone definitivamente las armas y deje de matar. Tras la última nota de la banda, en la que ofrece una verificación "no formal" del alto el fuego, el ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, afirmó ayer que "es importante saber" que ETA "ratifica" con su último comunicado "que no tiene voluntad de atentar, al menos temporalmente", aunque insistió en la necesidad de un cese definitivo del terrorismo.
Además, aseguró que las "expectativas" actuales respecto al fin de la violencia no existirían, si no fuera porque el Gobierno "lo hizo muy bien" en el anterior proceso de paz.
Durante una intervención en un acto del PSE, el ministro hizo referencia al comunicado de ETA difundido ayer en el diario Gara, en el que la banda se mostró dispuesta a una verificación "no formal" del alto el fuego que decretó el 10 de enero, con el fin de superar "el veto" de los estados español y francés a "una comisión oficial" que efectúe dicha supervisión.
Así, el ministro de Presidencia se refirió las "expectativas" que en los últimos meses están generando los pasos de la banda y de la izquierda abertzale. En su opinión, el momento actual es "el principio del fin del terrorismo", algo que ha sido posible gracias a que, "en los últimos diez años, las cosas se han hecho como se tenían que hacer".
Aunque aseguró no entender "bien" a qué se refiere ETA cuando alude a una "verificación informal", destacó que tan sólo le importa "saber que, efectivamente, ETA no tiene la voluntad de atentar, tal y como se manifiesta en ese comunicado, por lo menos temporalmente".
"Es importante saberlo", indicó. De todas formas, afirmó que "lo mejor que puede hacer" ETA es "decir que cesa para siempre" su actividad terrorista. Además, recordó que "la izquierda abertzale haría muy bien en pedirle que cese definitivamente".
Enredo. En el mismo sentido que Jáuregui, se pronunció el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, exigió a ETA que entregue las armas "si quiere participar" en la vida política o, de lo contrario, aclaró que mientras siga "cometiendo delitos" su lugar "será el que merece", la cárcel. Caamaño reiteró la importancia de que la banda entregue las armas para que, de esta manera, pueda estar "con el resto de los españoles". En caso de no cumplir este compromiso, señaló que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado "estarán detrás" de ellos para "colocarlos en el lugar que se merecen".
Quien optó por no pronunciarse fue el lehendakari, Patxi López, quien rechazó ayer hablar sobre Sortu y sobre el nuevo comunicado de ETA para evitar "hacerles publicidad en su campaña". Además, aseguró que no le preocupa "electoralmente" que la izquierda abertzale esté en las urnas porque esos votos serían "bienvenidos" si su presencia es legal y sirviera "para acercarnos a la paz y a la libertad".
Y al igual que el Gobierno, la secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, advirtió ayer de que la única verificación que "vale" sobre el alto al fuego de ETA es que la banda se disuelva, entregue las armas, pida perdón a las víctimas "y que se vayan a su casa".
Igualmente, la portavoz de los populares en el Congreso, pidió al Gobierno y al PSOE que "no se deje enredar" por el último comunicado de ETA porque es "más de lo mismo". "El único mensaje que los demócratas esperamos oír de la banda terrorista es que se disuelve. Todo lo demás es enredar", sostuvo la dirigente del PP.
Por su parte, desde el PNV, su presidente, Íñigo Urkullu, aseguró que la nota de ETA no es sino un nuevo intento de practicar el "enredo". Además, reprochó a la izquierda abertzale que pretenda que el resto de partidos "le hagan la campaña" para "esconder 34 años de estrategia fracasada".
