El estreno extraoficial de Demetrio Cabello como delegado de Seguridad -puesto que no puede ocupar formalmente hasta que no cese en la Policía Nacional- en una reunión con todos los sindicatos avivó ayer un desconcierto latente en la plantilla. El jefe actual, José Aulet , sigue sin sucesor, pese a que su salida está anunciada desde el pasado 22 de mayo, y la plantilla nota el desgobierno ante la ausencia de directrices desde hace un mes; se ha optado por rescatar a un mando que fue jefe en la etapa de Soledad Becerril, Ángel Rico , defenestrado durante años y al borde de la jubilación para hacerse cargo del Cecop y Protección Civil , y el futuro del servicio de coordinación sigue siendo incierto y ayer pasaron a unificarse ambos organismos sin que quede claro cómo se afrontará este nuevo modelo.
Cabello explicó a los sindicatos que contará con tres grandes núcleos de poder para la Policía: la Jefatura, el área de Protección Civil y Cecop, y la Academia de Policía. Pero sólo una tiene de momento asignado un nombre: el de Ángel Rico -no confirmado desde el Gobierno local pero anunciado a los sindicatos-, un intendente mayor que ya fue jefe de la Policía Local con Alejandro Rojas Marcos y Soledad Becerril y que en la última etapa del PP en el Gobierno local ya dirigió Protección Civil. En los últimos años ha estado apartado de la primera línea.
Fue una de las pocas concreciones que ofreció Cabello a los sindicatos en una reunión en la que no tuvo claro ni quiénes eran sus interlocutores y en la que lanzó veladas advertencias al sindicato mayoritario de la Policía: "En el cuerpo mandará el jefe, no los sindicatos", afirmó, según varios de los asistentes a la cita.
Cabello, que ha sido jefe de la brigada de la Policía Nacional que ha investigado varios asuntos internos en la Local, como amenazas o actos vandálicos en el seno del cuerpo, lanzó una advertencia a quien "meta la mano en la caja" y admitió que la tendencia de la Policía le ha llevado a tener "una mala imagen" que se quiere encargar de resolver. De los aumentos de plantilla, las descentralizaciones en los distritos, la policía en bicicleta o la mejora de la infraestructuras prometidas por el PP durante los últimos cuatro años, nada de momento. Zoido, además, mantiene entre sus compromisos una apuesta por la seguridad basada "en las buenas relaciones" con la Policía, según él mismo explicó a este periódico tras su toma de posesión.
El Sppme lamentó ayer el "oscurantismo" con el que se está produciendo la transición, "que está creando muy mal ambiente". "Estábamos ilusionados por las promesas de Zoido pero aún no se ha dirigido a nosotros, no hay jefe y el nuevo delegado ha llegado con mal pie", censuró Santiago Raposo, responsable de Organización.
La movilidad pasa a segundo plano con el nuevo delegado
El propio delegado de Movilidad y Seguridad, Demetrio Cabello, lo admitió ayer a los sindicatos: ni siquiera tenía claras sus competencias como responsable de Movilidad, que incluyen cuestiones como la estación de autobuses, el Instituto del Taxi o todas las cuestiones relacionadas con el tráfico en la ciudad, que hasta ahora dependían de la Delegación de Movilidad. Cabello, comisario principal de la Policía Nacional, insistió en que su labor se centrará en la seguridad y en la Policía Local, y no en el control de la movilidad.
El resto de competencias que le están asignadas por resolución de Alcaldía serán dirigidas directamente por su director general. Un arquitecto -"me dieron a elegir entre un ingeniero y un arquitecto y opté por el segundo", confesó ayer, según varias fuentes consultadas- que será, según fuentes sindicales, Enrique Medina, que ya visitó ayer las instalaciones municipales pese a que aún no ha sido designado formalmente. Sobre el papel, a Cabello le corresponden las competencias de Proyectos y Obras -de la que afirmó que se quiere desprender-, Tráfico y Transportes, la estación de autobuses y el Instituto Municipal del Taxi.
