El ministro de Justicia, Mariano Bermejo, volvió ayer a insistir en que la mejor sanción para el juez Tirado es por falta muy grave porque es "lo mejor para el interés general". A sólo cinco días de que se conozca la resolución del expediente, mostró su total respaldo al informe elaborado por el fiscal.
Si el jueves uno de los letrados del juez Rafael Tirado reprobaba la actitud de la Fiscalía General del Estado por airear su informe, antes de que la Comisión Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) dicte la resolución del expediente sobre el magistrado, ayer ese mensaje no parecía que hubiese llegado a Madrid, donde el Ministro de Justicia, Mariano Bermejo, mostró su apoyo a la petición del Ministerio Público.
A sólo cinco días de que la Comisión se reúna para deliberar sobre la sanción al juez por no ejecutar la sentencia del presunto asesino de Mari Luz, el titular de Justicia no tuvo remilgo alguno en asegurar en rueda de prensa que la sanción por falta muy grave "defiende mejor los intereses generales" que la del juez instructor, que califica la infracción de grave.
Bermejo -al igual que la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega- ya anunció a primeros de julio que si la sanción a Tirado se quedaba en una multa, la Fiscalía "recurriría". Unas declaraciones que han sembrado la sospecha sobre el informe del Ministerio Público y que, el Foro Judicial Independiente, calificó el miércoles de "politizado". "Es una vergüenza que haya emitido un informe tan coincidente con la opinión del Gobierno", señalaba el presidente de la asociación de jueces, Conrado Gallardo.
El ministro argumentó su apoyo en que la decisión de la Fiscalía le parece "muy ajustada a la realidad de lo acaecido", si bien recalcó que lo que importa es que el Consejo tome una decisión pronto. Así, la sanción al juez Tirado podrá oscilar entre una multa máxima de 3.000 euros, en el caso de la infracción grave, hasta el traslado forzoso, la suspensión de la carrera judicial durante tres años o incluso la expulsión definitiva.
