Los 45 millones de árboles que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, prometió plantar contra la deforestación durante las elecciones ya tienen su espacio: 61.000 hectáreas. La siembra, que se hará entre 2009 y 2012, responde a un proyecto de ayuda contra el cambio climático en el que también se incluye un plan de incendios forestales, aprobado también el sábado.
Además el Plan ayudará de forma secundaria a bajar las cifras del paro puesto que generará más de 670.000 jornales de trabajo, un empleo equivalente a 2.997 personas al año, según anunció la ministra de Medio Ambiente, Rural y Marino, Elena Espinosa, tras ser consignado por el Consejo de Ministros.
La titular del departamento, que presentó al Ejecutivo un informe sobre la iniciativa, señaló que la inversión prevista "da idea de la apuesta del Gobierno por la defensa y la protección de la biodiversidad". Así, explicó que para la reforestación se usarán especies arbóreas autóctonas de la Península, Baleares y Canarias. Con ellas prevé fijar el carbono atmosférico, luchar contra el cambio climático y mitigar la desertificación. Todo ello permitirá reducir el nivel de riesgo de erosión al consolidar y recuperar la potencialidad del suelo.
Igualmente, la plantación repercutirá en la recuperación e incremento de la biodiversidad y de los ecosistemas autóctonos, en la mejora y preservación del paisaje, y en la consolidación de los actuales corredores ecológicos.
Contra el fuego. Y en el año en el que menos incendios forestales se han registrado en verano, el Consejo de Ministros aprobó ayer una segunda iniciativa frente a la desertización: un plan de prevención de incendios forestales, que actuará sobre 275.000 hectáreas durante dos años gracias a una inversión de 250 millones de euros. Asimismo, creará 11.000 empleos directos además de los que se generen de forma indirecta.
La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, apostilló que esta iniciativa pretende reducir al máximo el riesgo de incendios y su propagación, y contempla la posibilidad de establecer convenios con las comunidades autónomas, que serán cofinanciados por el Gobierno central hasta un 50%.
No obstante, Espinosa recordó que la superficie arrasada durante los ocho primeros meses del año es inferior al mismo periodo de 2007 y a la media de los últimos 10 años. "Pero hay que ser prudentes porque estamos aún en septiembre y no ha acabado la etapa de riesgo". Así, entre el 1 de enero y el 31 de agosto de este año el fuego quemó 34.056 hectáreas de superficie forestal frente a las 71.138 hectáreas del año pasado y a las 108.793 hectáreas de media de la última década. También los grandes incendios -los que queman más de 500 hectáreas- se han reducido considerablemente en los ocho primeros meses al contabilizarse cuatro, mientras que en 2007 se produjeron 13, una cifra también bastante inferior a la media del decenio (26).
