Mientras la comunidad saharaui en Canarias organizaba la cuarta manifestación por los derechos de Aminatu Haidar -que se celebrará hoy- seguían los llamamientos internacionales a Marruecos para facilitar su vuelta a casa.
Sin ir más lejos, las principales fuerzas políticas del Parlamento Europeo (PE) pactaron ayer una resolución en la que exigen a Marruecos que permita el regreso inmediato de la activista saharaui al Sahara Occidental.
El texto pide a Rabat que restituya a Haidar sus documentos y que respete su "derecho a reunirse sin obstáculos con sus hijos y su familia".
Sin embargo, el Gobierno español aclaró ayer que no va a utilizar a la UE para aumentar la presión sobre Marruecos. El presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió ante el Pleno del Congreso que se siga adelante con el acuerdo de asociación entre Rabat y la Unión. Además, dijo confiar en que la situación de la activista se pueda "resolver rápidamente", aunque no concretó cómo. Una vez solucionado, dijo, el Gobierno dará sus explicaciones.
Zapatero, que tomó nota de la resolución aprobada el martes por el Congreso en esta materia -que exige más presión al Gobierno alauí- abogó asimismo por respaldar los esfuerzos de la ONU para resolver el contencioso del Sáhara Occidental. Sin embargo, se negó, como solicitaron algunos grupos, a paralizar la relación "privilegiada" que Europa busca con Marruecos, basada en un "estatuto avanzado".
El presidente rechazó esta reclamación -dijo- porque la búsqueda de un acuerdo debe basarse en políticas de acercamiento y no de separación. El caso de Haidar, que ha cumplido un mes de huelga de hambre en Lanzarote tras negarle Marruecos la entrada en su país, llegó ayer al Pleno del Congreso, tanto en el debate sobre las previsiones de la Presidencia española de la UE como en la sesión de control posterior.
La diputada de UPyD, Rosa Díez, incluso pidió al Gobierno que suspenda la Cumbre UE-Marruecos prevista durante el semestre español de Presidencia europea. La diputada dijo ver "debilidad" y falta de legitimidad en la política exterior española.
El jefe del Gobierno admitió que el Sáhara Occidental es "un tema pendiente desde hace décadas", mientras que el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, fue más allá al defender el compromiso de los socialistas por encontrar una "solución justa y definitiva, que permita la libre autodeterminación del pueblo saharaui". Subrayó, no obstante, que ese deseo no es incompatible con mantener unas "buenas relaciones con Rabat".
Pero mientras España aboga por la autodeterminación para el Sáhara, el rey Mohamed VI de Marruecos aseguró que su país está comprometido con el proceso iniciado en el marco de la ONU sobre la base del plan de autonomía. Asimismo, consideró que este proyecto podría ayudar a "la integración magrebí" además de "garantizar la seguridad y la estabilidad en la región, preservándola de los sesgos hacia la balcanización, el extremismo y el terrorismo" en la zona.
