El secuestro de los cooperantes de Barcelona Acció Solidaria no sólo ha cambiado las vidas de Roque Pascual, Albert Vilalta y Alicia Gámez, también va camino de modificar el trabajo de las ONG, especialmente en las zonas de riesgo. Las cifras hablan: en 2009 murieron más cooperantes que soldados de la ONU destinados al mantenimiento de la paz, según la Comisión Europea.
Y en esa línea fue ayer el discurso del Gobierno. La secretaria de Estado de Cooperación, Soraya Rodríguez, consideró que España debe mantener su cooperación con países del Sahel pero algunas actividades, como las caravanas solidarias, no se podrán seguir realizando ante "la amenaza de secuestro de occidentales".
Un discurso que coincide con la radiografía de la Comisión Europea (CE). La comisaria europea de Ayuda Humanitaria y Respuesta a las Crisis, Kristalina Georgieva, advirtió de que la seguridad de los cooperantes en el tercer mundo está "más comprometida que nunca". Georgieva planteó el endurecimiento de la situación para el personal humanitario en un comunicado en el que mostró su satisfacción por la liberación de los cooperantes Albert Vilalta y Roque Pascual. "Cada vez se producen más acosos, más secuestros y más asesinatos", apuntó.
En una entrevista con Efe, Rodríguez consideró que una vez que ha terminado "felizmente" el secuestro de los cooperantes españoles, el Gobierno va a recomendar que las caravanas solidarias no se hagan en zonas de riesgo y será Cooperación Española la que ponga a disposición de las ONG toda la infraestructura y el apoyo necesarios. "Con esto en ningún caso se quiere enjuiciar lo que se ha hecho hasta ahora, se ha hecho porque se podía, pero ahora estamos ante una nueva situación y tenemos que actuar en consecuencia", subrayó la secretaria de Estado de Cooperación, quien añadió que lo que se pretende es que el material llegue a través de medios "indudablemente más seguros".
Rodríguez señaló que la cooperación española tiene una presencia muy importante en África occidental y "la seguirá teniendo", pero "hay determinadas actividades solidarias que desde luego no se van a poder seguir realizando en los próximos años".
La prueba de que el escenario ya es distinto es que la ONG Barcelona Acció Solidaria, a la que pertenecen Pascual y Vilalta, estudia modificar sustancialmente su recorrido en aras de la seguridad para su próxima caravana. Albert Vilalta, Roque Pascual y Alicia Gámez fueron asaltados el 29 de noviembre por una rama de Al Qaeda en la carretera que une Nuadibú (norte de Mauritania) con Nuakchot mientras viajaban en una caravana humanitaria de la ONG catalana.
Según informaron a Efe fuentes de esta organización, una vez que los cooperantes secuestrados ya están en casa están empezando a estudiar posibilidades sobre su próxima caravana al continente africano, que será la décima. Por ahora, encima de la mesa hay varias alternativas, siempre con el objetivo común de buscar la ruta más segura, por lo que una de las opciones que se baraja, si bien no es la única, es dividir la caravana para que una parte vaya por carretera y otra en barco para evitar Mauritania.
El presidente de la ONG, Josep Carbonell, aseguró en una entrevista a Efe que, de cara a la próxima caravana, intentarán "minimizar los riesgos". Sobre las críticas que se han formulado a la ONG, Carbonell defendió que estos convoyes son "la mejor manera de asegurar" la solidaridad.
Sin embargo el peligro es máximo. Además de poner en peligro la propia vida de los cooperantes, el secuestro ha supuesto, según el diario argelino Le Temps d'Algerie, al Gobierno español el pago de un rescate de entre cuatro y cinco millones de euros por cada rehén y la liberación del maliense Omar Saharaui, único condenado por este secuestro. El Ejército de Mali reconoció ayer desconocer el paradero del terrorista y una grabación de la agencia mauritana Sahara Media parece constatar su liberación: Vilalta y Pascual viajaron tras su liberación en el mismo coche que Saharaui. Omar Uld Sid'Ahmed Uld Hame, su verdadero nombre, fue extraditado por las autoridades de Mauritania.
