El Gobierno vasco suscribió la tesis ya apuntada por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, e hizo una declaración formal para condenar el último atentado de ETA. La polémica saltó cuando incluyó en la crítica la disolución de Batasuna y la muerte de familiares de presos etarras en la carretera.
Con esta declaración, el Ejecutivo de Vitoria rechazaba las acusaciones de "equidistancia", e insistía en que "se puede estar radicalmente en contra de la violencia, siendo solidarios con las víctimas y sin tener por ello que dar la razón al PP y al PSOE".
La portavoz del Gobierno, Miren Azkarate, leyó la declaración, en la que se denuncia que por culpa de ETA el final del año va a estar marcado al igual que en 2006 "por asesinatos, bombas contra sedes judiciales y partidos políticos, ataques a batzokis, violencia callejera, amenazas y extorsiones". "Familias que en plena Nochebuena tienen que abandonar sus domicilios", "la misma alternativa de siempre y siempre mirando al pasado sin ningún futuro".
La declaración se torna polémica cuando recuerda el "dolor" de los familiares de presos, que mueren en accidentes de tráfico, en alusión al que sufrieron el sábado los familiares del preso de ETA Unai González cuando acudían a verle a Teruel, después del cual, murió la suegra de González. "Dolor y sufrimiento que a la sociedad le cuesta entender, porque es incomprensible sentir solamente el dolor propio y mantenerse inerme ante el sufrimiento ajeno", ha leído Azkarate. Asimismo, criticó que se aplique "la política de ilegalización de la ideas, de partidos políticos".
Batasuna, sí pero no. Mientras, desde Batasuna su portavoz, Pernando Barrena, trasladó ayer la solidaridad de su formación a los vecinos de Balmaseda afectados por el atentado perpetrado en Nochebuena, y expresó su deseo de que "puedan regresar a sus hogares a la mayor brevedad". Eso sí, en ningún momento condenó este atentado.
"Lo sucedido en Balmaseda nos pone ante un conflicto político" en el que "una ciudadana vasca ha perdido la vida como consecuencia de la política de dispersión", en relación con el fallecimiento de la nuera del preso de ETA. A su juicio, con este fallecimiento el Gobierno español "ya ha puesto un muerto sobre la mesa en mitad del escenario político de este país".