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El gol calmó la tormenta

La grada estuvo de uñas desde el principio con Velázquez, llegando a la hilaridad cuando el técnico fue expulsado. Sólo la victoria hizo que la tarde no se nublara aún más.

el 09 nov 2014 / 10:13 h.

BETIS 14-15 Imagen de alegría de los aficionados del Betis antes del inicio del partido. Foto: Manuel Gómez. Una información de Margota Piñero. Los datos históricos ya adelantaban lo que podría suceder en el Benito Villamarín. El filial del FC Barcelona nunca había vencido en la jornada 12 como visitante, y el Real Betis llegaba al envite con todos los encuentros ante conjuntos catalanes vencidos. Sin embargo, la grada estaba crispada, cansada y hastiada. La paciencia no suele ser una capacidad infinita. Y la de los béticos, por consecuencia, tampoco lo es. La grada del coliseo verdiblanco no menosprecia a los filiales. Más de 27.000 personas, y a pesar de la amenaza de lluvia, volvieron a acudir a animar a los suyos. Eso sí, exigiendo sus intereses. La bienvenida al conjunto verdiblanco cuando saltaba al terreno de juego para el calentamiento previo al partido se asemejaba al tiempo: muy frío. Entre pitos y gritos de desprecio, los pupilos de Velázquez se ejercitaban en el verde del Villamarín. Abrazos de ánimo entre los futbolistas antes de abandonar el césped para volver a aparecer en escena con el traje de faena colocado. Y más pitos desde las gradas.Al desfilar los jugadores sobre la hierba antes de arrancar el encuentro, los únicos que recibieron el calor de la grada fueron el canterano Dani Ceballos, que jugaba su cuarto partido consecutivo como titular,  y Rubén Castro, ambos siendo fuertemente aplaudidos, en contraste con los pitos a Adán y Molinero, y la indiferencia mostrada por el resto del once. El que recibió más leña por parte del público fue el técnico Julio Velázquez, que se topó con el mayor abucheo. A pesar de los 18 grados que enfriaban la temperatura, el ambiente permanecía bien caldeado. Y las dos zonas de animación, la Grada MikiRoqué y la Grada 1907, alentaban bajo el cielo encapotado desde antes de que el colegiado pitara el comienzo del duelo. La comodidad de los de Velázquez en los primeros minutos de encuentro consiguió relajar la tensión y el aficionado parecía por el momento complacido. Destacaba la armoniosa compenetración entre las gradas de animación a la hora de entonar los cánticos de ánimo y apoyo a los futbolistas de verdiblanco. Sin embargo, los aficionados tienen claro a quiénes les duele el club verdiblanco, y al unísono se entonaba un claro “el Betis somos nosotros”, seguido de una exigencia directa a la cúpula bética: “Directiva dimisión”, a los escasos diez minutos de arrancar el encuentro. Justo antes de que el árbitro diera por finalizado la primera mitad, Velázquez fue expulsado, irónicamente acompañado por los estruendosos gritos desde la grada pidiendo su salida y el retorno de Pepe Mel al banquillo. Arrancó la segunda mitad como agua de mayo para los béticos. Pocos minutos después del pitido inicial del colegiado, el gol de Rubén Castro llegó para amansar a las fieras. Abrazos y aplausos en la celebración del gol se alejaban de los gritos clamando la dimisión de la directiva verdiblanca y la destitución de Velázquez. Bufandas al aire. Totalmente palpable la subida del ánimo de los béticos con la mejora en el juego . Tras el gol anotado por el canario, que lo sitúa en la cuarta posición de la tabla de máximos goleadores históricos del Real Betis Balompié (el canario está empatado a 92 con Rogelio Sosa) gracias a las diez dianas sumadas esta temporada. El ambiente en Heliópolis se sentía mucho más afable hasta alcanzar el minuto final del encuentro. Entonando el “volveremos a Primera” abandonó la afición verdiblanca el estadio verdiblanco entre aplausos sin olvidarse de recordar el presente deseo de la marcha de Velázquez al frente del barco y la dimisión de la directiva. Por ahora, el entrenador continuará. El bético ha opinado. El tiempo dirá cuándo le dan la razón.

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