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El gol de Juanma abre las puertas del cielo

La primera parte de una jornada decisiva en la Liga Adelante sólo arrojó un caído en combate: es el Elche, cuyo fracaso en Las Palmas le aparta casi decisivamente de las opciones de ascenso. Real Sociedad, Cartagena y Betis salvan sus papeletas. Y, ¿puede ser creíble que el Betis vuelve a tener algo de suerte...?

el 29 may 2010 / 22:12 h.

Los jugadores del Betis celebran el triunfo.

El pasado día 10, hace 20 días justos, y tras otro empate de bochorno (1-1 ante el Murcia), el Betis quedaba a seis puntos de la zona de ascenso, delimitada por el Cartagena (55-61). Tenía por delante (un punto) incluso al Villarreal B y estaba más cerca que nunca de permanecer en la Liga Adelante al menos durante otra temporada. Sólo cabía esperar el milagro. Fue cuando Víctor Fernández dejó escapar lo de ‘quimera' y se formó la que se formó. En las tres jornadas siguientes a la crisis desatada por el Murcia han venido tres triunfos consecutivos con sólo tres goles (dos, de penalti): tres goles a favor, cero en contra. El tremendo éxito de ayer en el páramo del Alto Aragón llegó en el minuto noventainosecuántos, ya sin Emana y, por supuesto, sin Sergio. ¿Será que la Rueda de la Fortuna haya vuelto a detenerse en mitad de una casilla verdiblanca...?

Pero nada en el Betis es seguro: ni cuando ya ha sucedido, ni mucho menos a falta de nueve puntos, tres partidos como tres puertos de montaña. Lo que haga hoy el Hércules pesará lo suyo en el futuro de un Betis que podría ir apostando dinero a la carta de que el Levante venga ascendido a Heliópolis en el cierre de la Liga. Esto facilitaría las cosas (asumiendo que el Betis gane a Numancia y Salamanca)... y deja al Hércules en el punto de mira. Después de tanta tropelía, el verdadero milagro es que el Betis aún pueda depender exclusivamente de sí mismo.

Con el objetivo a la vista, el equipo ha ganado en cohesión y convicción colectiva: sólo desde la fe puede garantizarse esa esperanza, esperanza verde en el triunfo que mantuvo vivo al Betis en Huesca, esperanza intacta hasta el preludio del fin, hasta que marcó Juanma. Aquí de las virtudes teologales: otro empate era como otra puñalada, casi el tiro de gracia. El gol de Juanma abre las puertas del cielo, la lírica que vigilan 13 barras. Y en el sueño de esa sinrazón, eterno delirio bético, sólo caben estas cuentas: ‘Nueve de nueve'.

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